«Tenía diez años y vi a Gabinete Caligari. El concierto se me hizo bastante largo y al final ya estaba medio sopa. Justo antes de los bises, Urrutia salió al escenario y gritó ‘Arriba León, que vamos a tocar hasta el amanecer’. A mí casi me da algo»
Redactor de cultura en el diario «Público», Jesús Miguel Marcos se encarga del área musical. Antes estuvo en «El Mundo» y «20 Minutos». También ha colaborado en diferentes publicaciones especializadas, entre ellas EFE EME. Asegura que el lugar donde mejor escucha música es en el Metro.
Fecha y lugar de nacimiento.
24 de diciembre de 1978, en León.
¿Qué música sonaba en tu casa cuando eras niño?
Pues en casa poca, porque solo teníamos un radiocasete en el que mi madre escuchaba a Antonio Herrero por las mañanas. Donde empecé a escuchar música fue en el coche, camino del pueblo, los domingos. Mis padres tenían una cinta de Perales, otra de Julio Iglesias, la Pantoja y creo que una de Los Chichos. Aquellas canciones no me hacían sentir mucho en su momento, pero ahora las recuerdo con emoción y cariño. Todo esto duró hasta los siete u ocho años.
¿Cuál fue el primer disco que compraste?
En 1987, mis padres accedieron tras muchos ruegos y súplicas a comprarnos a mi hermano y a mí un vídeo. En la tienda había una oferta 2×1 en la que junto al vídeo te regalaban una minicadena. Como había que estrenarla, mi padre accedió a comprarnos un disco, que por entonces valían 1.500 pesetas, lejos, muy lejos de nuestro alcance. Llegamos a Liverpool, una pequeña tienda en el centro de León, y creo que nos tiramos allí tres horas, discutiendo entre varias posibilidades. Los finalistas fueron tres, finalmente: «New Jersey», de Bon Jovi, la banda sonora de «Dirty dancing» y el «Tunnel of love», de Bruce Springsteen. Finalmente, gracias a Dios, optamos por este último. Desde ese día mi vida empezó a cambiar, aunque he de reconocer que mi primera opción era Bon Jovi.
¿Y el último?
Si no recuerdo mal… «76:14», de Global Comunication. Lo compré en CD-Drome, en Madrid, hace unos cinco años.
Selecciona tres discos internacionales esenciales de tu colección.
Por huir de los tópicos… «American beauty», de Grateful Dead. «Burial», de Burial. «Death of a ladies man», de Leonard Cohen.
Selecciona tres discos nacionales esenciales de esa misma colección.
«Grandes éxitos», de Alaska y Los Pegamoides. «Western B.S.O.», de Bernardo Sandoval. «78», de Chucho.
Un disco doble al que no le sobra nada.
«Honestidad brutal», de Andrés Calamaro.
Un grupo o cantante a quien rescatarías del olvido.
Miguel Bocamuerta.
¿Cuál fue el primer concierto al que asististe?
Gabinete Caligari, en 1989, en el estadio de fútbol Antonio Amilivia de León. Tenía diez años y me llevó mi hermano Dani. El concierto se me hizo bastante largo y al final ya estaba medio sopa. Justo antes de los bises, Jaime Urrutia salió al escenario y gritó un «Arriba León, que vamos a tocar hasta el amanecer». A mí casi me da algo. Afortunadamente, solo tocaron dos canciones más.
¿Y el mejor concierto que has visto?
Jonathan Richman, en mayo de 2003 en la Sala Sol.
Elige y razona tu elección:
Serrat/Aute.
Serrat: sus canciones me parecen mejores, como mínimo más animadas. Y me enternece su voz de viejo maestro.
Sabina/Calamaro.
Calamaro: es mucho más desbordante que Sabina, tiene mucha más música dentro y un repertorio inigualable (más rico y variado). Sabina, estando bien, al final se me queda un poco limitado.
Nacha Pop/Los Planetas.
Los Planetas: creo que tienen mejores canciones, mejores letras (aunque Jota, en mi opinión, está algo sobrevalorado en ese sentido) y mejor sonido.
Nacho Vegas/Quique González.
Nacho Vegas: sus canciones me tocan, me hablan, son reales, me dicen muchas cosas. Las de Quique González, muchas menos.
La Mala/La Bien Querida.
Difícil elección, pero La Mala. Por su fuerza escénica brutal y unas letras escalofriantes (sobre todo al principio).
Jacques Brel/Serge Gainsbourg.
Brel: porque lo he escuchado más.
Frank Sinatra/Elvis Presley.
Elvis: soy fan del rock and roll de los 50. Elvis fue el principio de casi todo.
Marvin Gaye/Bruce Springsteen.
Springsteen: nadie ha combinado melodía y letra de forma tan contagiosa como él. Es rock mayormente, pero a mí siempre me fascinó su capacidad para construir melodías adictivas. Suyas son las mejores canciones.
Tom Waits/Lou Reed.
Lou Reed: por «Berlin» y «Transformer».
Michael Jackson/Prince.
Michael Jackson. Prince siempre me dio un poco de grima, la verdad.
The Rolling Stones/The Velvet Underground.
The Velvet Underground: reinventaron el rock. Los Rolling, no.
Bob Dylan/John Lennon.
Bob Dylan, por su increíble lucidez. Es un super-humano.
Neil Young/Elvis Costello.
Neil Young, por su exquisita sensibilidad (curioso).
Youssou N’Dour/Fela Kuti.
Youssou N’Dour: por un concierto en Madrid, hace tres o cuatro veranos, explosivo.
¿Por qué decidiste dedicarte a la crítica musical?
Era un fanático de la música estudiando periodismo. En algún momento tenía que ocurrir.
¿Quién fue tu maestro periodístico?
Creo que el referente en España es compartido: Diego A. Manrique. Más que por su cultura musical, por lo bien que escribe. También me gusta la forma en que capta la emoción y el sentimiento en la música David Saavedra.
Un equipo de fútbol.
La selección española.
Un político.
Ninguno.
Una ciudad para vivir.
Madrid.
El disco que detestas y que despierta alabanzas entre tus compañeros.
Le voy a dar la vuelta porque no se me ocurre ninguno. Me gusta bastante el último de los Killers y a muchos críticos que conozco no.
¿Vinilo, CD o mp3?
Ahora, mp3.
La película que nunca te cansas de volver a ver.
«Vivir», de Kurosawa.
El libro que nunca te cansas de releer.
Los cuentos de Cortázar.
Una serie de televisión.
No veo la televisión, y de las antiguas no tengo un recuerdo especialmente positivo de ninguna.
Si estuviera en tus manos elegir la música que suena en los supermercados, ¿qué discos seleccionarías?
Yo pondría a Erik Satie.
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