«Por mucha vanguardia que nos intenten vender, hay mucho folk y mucho rollo campestre anodino, cuando la mayoría el campo que más ha visto es el que hay en la caja de los quesitos de El Caserío»
Raúl Tamarit es un clásico de la escena musical valenciana: guitarrista durante mucho tiempo de Una Sonrisa Terrible y animador radiofónico, últimamente lidera a Los Radiadores, agrupación rockera que acaba de editar su segundo disco, «Manual de supervivencia». Raúl responde al Fotomatón.
Foto: JOSEP ESCUIN.
Nombre completo fecha y lugar de nacimiento
Raúl Tamarit Pardo, 15 de mayo de 1976, en Valencia.
¿Qué música sonaba en tu casa cuando eras niño?
Mi madre siempre tenía la radio puesta, la emisora que dirigía en Valencia Enrique Ginés, entonces sería Radio Popular, recuerdo especialmente al Dúo Dinámico, Juan Pardo, Camilo Sesto o Rocío Dúrcal. Un buen día en un cajón encontré cintas de Serrat, Cecilia, Nino Bravo y alguna cosa más, era lo único que había en casa, por lo cual lo hacía sonar constantemente, hasta que empecé a hablar de música con los compañeros del colegio que tenían hermanos mayores o con algún primo que me iba dejando cosas. No tengo hermanos mayores que me iniciaran.
Si no te hubieras dedicado a la música, ¿qué te gustaría haber hecho en tu vida?
Sin duda a la política, no necesitas tener ideas propias ni pensar demasiado, la ideología, los discursos y las posturas a seguir te vienen impuestas desde el partido en el que militas. Con la mitad de esfuerzo se consigue bastante más, además con un poco de tendencia a la conspiración y a la especulación los éxitos no se hacen de rogar.
Un consejo para quienes aspiren a vivir de la música
No soy el más indicado para dar consejos en este sentido, no vivo de la música. Lo único que puedo decir es que hay que disfrutar y creer en lo que haces, creciendo y aprendiendo a diario, absorbiéndolo todo como una esponja y quedándote con lo que consideres lo mejor.
¿Cuál fue el primer disco que compraste?
Me va por la cabeza «Bad», de Michael Jackson, o «Brothers in arms», de Dire Straits, en cinta de casete, en cualquier caso sonaban mucho por la misma época. Pero el que realmente me impacto unos años más tarde y fue determinante, ya en vinilo, fue «Animal boy», de los Ramones, sin ser de sus mejores trabajos sonaba a todas horas, antes de ir al colegio, a la hora de comer, al volver de clase, los fines de semana… me pasaba horas mirando la portada. Llegué aborrecerlo, también el resto de mi familia. Aún lo tengo, un poco estropeado, pero ahí está.
¿Y el último?
Un recopilatorio doble de Sweet en una gasolinera por un euro. Una parte en estudio y otra en directo. Hay tomas alternativas en estudio. Una bicoca.
Selecciona tres discos esenciales de tu colección.
Esta pregunta es muy difícil, pero, bueno, hoy me voy a decantar por estos: Ramones: «Roquet to Rusia». Doctor Feelgood: «All through the city (with Wilko 1974-1977)». Nirvana: «In utero». Recurro a ellos en algún momento, cuando sufro alguna de mis habituales crisis de identidad. Me reconforta saber que están en la estantería.
Un disco doble al que no le sobra nada.
«London calling», de The Clash.
Cita un músico al que te gustaría producir o editar un disco.
Eso de producir nunca me lo he planteado, no creo que vaya conmigo, pero sí que editaría por ejemplo el décimo disco de Doctor Divago.
Un grupo o un cantante a quien rescatarías del olvido.
A Alejo Alberdi, de Derribos Arias.
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Elige y razona tu elección:
Serrat/Aute.
A Serrat lo he oído más; «Mediterráneo», entre otros, me parece un gran disco. Me identifico más con sus formas. Aute me aburre un poco, la verdad, exceptuando alguna canción que me hace algo de gracia como ‘Una de dos’ o ‘Pasaba por allí’.
Sabina/Robe Iniesta.
En ambos casos me parece todo muy excesivo, pero reconozco que a Sabina lo he oído más, salía con una chica que le gustaba bastante y al final va entrando algo de tanto oírlo.
Radio Futura/Los Planetas.
Radio Futura recoge la esencia de la música pop y el saber evolucionar con convicción. Los escuché bastante durante algún tiempo, sobre todo de chaval. Son imprescindibles. En cuanto a Los Planetas, los tres primeros discos los oí mucho, sobre todo «Una semana en el motor de un autobús», que me atrapó bastante en su día. Me parecen dos buenos ejemplos de rock, tal y como lo entiendo yo, claro.
Nacho Vegas/Quique González.
Creo que a Nacho Vegas le sienta mejor el papel, está más conseguido su personaje, más completo. En cuanto a las canciones se mueve en unas tesituras sonoras que me interesan algo más que las de Quique González, al que respeto enormemente.
Jacques Brel/Serge Gainsbourg.
El día que me casé pusimos durante la ceremonia «L’anamour» de Gainsbourg, no te digo más.
Frank Sinatra/Elvis Presley.
Desde muy pequeño Elvis, era el rock personificado, al menos así nos lo vendieron. Ese punto entre chico rebelde y rockero indomable le entraba inmediatamente a un chaval ávido de clichés y posturas imitables. Incluso su época más épica de Las Vegas me fascina. A Frank Sinatra lo empecé a valorar más tarde. Le gustaba a mi padre, y ahora soy padre, igual es por eso.
Marvin Gaye/Bruce Springsteen.
Me quedo con Marvin Gaye, sin duda, aunque tampoco es de los artistas de la Tamla Motown que más he oído. Nunca me ha atraído demasiado el rollo mesiánico y épico de Springsteen. Tengo algún disco, «The river» es que el único que destacaría.
Tom Waits/Lou Reed.
Lou Reed, desde muy chaval, lo primero que escuché fue «Live in Italy», un directo con un sonido esclavo de la época en la que se grabó. Aun así enseguida me cautivó su austeridad y la crudeza de las canciones.
Michael Jackson/Prince
Nunca he sido muy devoto de ninguno de los dos aunque les reconozco cierto merito. Son una deuda pendiente, sobre todo Prince, de Michael Jackson tengo el «Thriller», como media humanidad.
The Rolling Stones/The Velvet Underground.
Difícil elección. Hay álbumes en la discografía de los Rolling que adoro, sobre todo “Beggars banquet” y “Exile in Main Street”, pero claro, los discos de la Velvet son soberbios. No sé, cada uno en su momento. Rolling Stones en casa mientras te preparas para salir de fiesta, y la Velvet cuando llegas asomándose la primera luz de la mañana. En ese momento suena ‘Venus in furs’.
Paul McCartney/John Lennon.
John Lennon, porque precisamente grabó ‘Cold turkey’ en solitario después de que McCartney se la rechazara para los Beatles.
Bob Dylan/Neil Young.
Me decantaría por Dylan, pero estaría traicionado mis gustos porque los dos han estado siempre muy presentes en mi dieta musical. Neil Young («Zuma», «Ragged glory», «Harvest», «Rust Never Sleeps»…) y sus camisas de cuadros, fue el primero. Y de Dylan, «Blonde on blonde», «Higway 61 revisited», «The Freewheelin'», «Subterranean homesick blues»… incluso en los últimos años. No, me niego, me quedo con los dos.
Elvis Costello/Paul Weller
A Paul Weller no lo he seguido demasiado fuera de los Jam, que me fascinan. No obstante me parece que Elvis Costello tiene una trayectoria más completa, no sé, a día de hoy creo que me quedo con el gafapasta.
Miles Davis/Jimi Hendrix.
Jimi Hendrix siempre me ha gustado, sobre todo el disco «Axis: Bold as love», cuando cayó en mis manos lo destrocé de tanto oírlo. Pero es cierto que últimamente el “Sketches of Spain” de Davis está siempre más cerca del reproductor que Hendrix. En cualquier caso, creo que depende del momento, vaya.
Camarón/Enrique Morente.
Llegué a Morente por el disco que hizo con Lagartija Nick, «Omega», hasta ese momento no me había interesado demasiado el flamenco. Se abrió todo un mundo, y llegué entre otros a «La leyenda del tiempo», de Camarón. Años después lo conocí personalmente en La Riviera, en Madrid, en uno de los conciertos de despedida de Los Enemigos y me pareció un gran tipo. Cuando lo vi encima del escenario con Sonic Youth me ganó para siempre.
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Un equipo de fútbol.
Levante U.D. como ejemplo de superación.
Un político
Reconozco últimamente especial interés por Mónica Oltra.
Una ciudad para vivir.
Me gusta Valencia, y su clima, es una ciudad muy cómoda y agradable para vivir, quizá porque la conozco. En el fomento de la cultura de base deja bastante que desear. Espero que no la acaben de dinamitar del todo sus políticos faraónicos y populistas.
Un álbum de homenaje a otro artista que te gustaría poner en marcha
Uno a Silvio (Silvio Fernández Melgarejo) no me importaría.
El disco que detestas y que despierta alabanzas entre los críticos.
Por mucha vanguardia que nos intenten vender, hay mucho folk y mucho rollo campestre anodino, cuando la mayoría el campo que más ha visto es el que hay en la caja de los quesitos de El Caserío.
¿Vinilo o cedé?
No soy nada talibán en ese sentido. Reconozco que me gusta el vinilo, escucharlo, diseccionarlo, por todo el ritual que se supone cuando pinchas uno, pero el cedé es más cómodo, lo puedes bajar al coche y no hace falta ni siquiera guardarlo en la caja después de escucharlo. Acaban siendo independientes, tienen vida propia.
La película que nunca te cansas de volver a ver.
De vez en cuando me pego una “panzá” viendo toda la saga de «Star wars», me fascina la figura de Anakin/Darth Vader. La trasformación que va sufriendo y los motivos hasta llegar al lado oscuro. No me gusta que acabe cediendo a las posturas impuestas por los Jedis.
El libro que nunca te cansas de releer
«La metamorfosis», de Kafka.
¿Por qué disco te gustaría que te recordaran?
De eso ya se encargarán el día de mi funeral, y ya me dará igual.
Si estuviera en tus manos elegir la música que suena en los ascensores, ¿qué discos seleccionarías?
Estaría bien las sintonías de Alfonso Santiesteban. Imaginad subir a un octavo piso sonando ‘Bla, bla, bla’. Algo del maestro Algueró tampoco estaría mal.
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