OPERACIÓN RESCATE
«Una auténtica delicia de genuino rock acústico de raíces»
Eduardo Izquierdo nos acompaña hasta 1993, año en el que Steve Wynn graba en California su tercer disco, Fluorescent. Una de las obras más jugosas que ha publicado después de formar parte de los recomendables The Dream Syndicate.
Steve Wynn
Fluorescent
BRAKE OUT RECORDS, 1993
Texto: EDUARDO IZQUIERDO.
¿Podíamos olvidarnos en esta Operación rescate del hombre que en 1982 fue capaz de sacarse con sus Dream Syndicate una obra como The days of wine and roses? Quizá sea uno de los tres mejores discos del llamado nuevo rock americano (NRA). Una banda que este mismo año ha publicado el también notable These times. Dios salve a Steve Wynn.
El 21 de febrero de 1960 nacía en New York nuestro héroe. Un hombre destinado a escribir algunas de las páginas más importantes de la historia del rock americano en los 80 y los 90. Y una de ellas tiene lugar en 1993. Acostumbrado a las aventuras grupales, poco antes del final de los Syndicate, hacia 1989, Wynn fundó Danny & Dusty junto al ex Green On Red Dan Stuart. Debía ser 1985. Ya en los 90 daría forma a Gutterball, supergrupo con miembros de The Silos, The Long Ryders o House Of Freaks
Eso sí, el músico afincado en California no olvida ir sacando regularmente excelentes discos en solitario, como Fluorescent, una auténtica delicia de genuino rock acústico de raíces. Desde ese “Follow me” con su atmósfera densa hasta “That’s why i wear black” que Johnny Cash debió olvidar en su Unearthed porque parece hecha para él.
“Carelessly” es un avance de lo que luego harían gente como Ron Sexsmith o Josh Rouse (antes de perder el norte). “Open the door” es más densa, con la voz marcando distancia y recordando a la impostura antinatural de Dylan en Nasville skyline. A pesar de eso, suena excelente y certera.
En “Lawyer by lawyer”, Victoria Williams borda la segunda voz a lo Christina Rosenvinge (¿qué pasa? A mí me recuerda a ella…). “Look both ways”, escrita a medias con Chris Cacavas y Chuck Prophet, es el retazo de rock and roll, para que no olvidemos de quién estamos hablando. ¿Y qué me dicen del final con “Never ending rains”? ¿Será verdad que no va a parar de llover? Ese piano parece anunciarlo con seguridad. Y esa voz… Mmmmmm. Es un grande. Nunca entenderé por qué solo lo pensamos unos cuantos.
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Anterior Operación rescate: Felt mountain (2000), de Goldfrapp.