DISCOS
«Un dicharachero y vibrante elepé yeyé de influencias francesas que recuerda a las grandes del género como Françoise Hardy o France Gall»
Fleur
Fleur
Bickerton Records, 2020
Texto: ÀLEX ORÓ.
En los años sesenta del siglo pasado, los Países Bajos tuvieron una floreciente escena pop rock influenciada por los sonidos que llegaban desde la Gran Bretaña. Hubo grupos de Beat, de rhythm and blues, de blue eyed soul y de psicodelia que tuvieron un gran éxito. The Outsiders, Q65 y Golden Earrings fueron la punta de lanza de este movimiento que tuvo su réplica a finales de los años ochenta y principios de los noventa, coincidiendo con el revival de los sonidos de los años sesenta (beat, surf, garaje, etc.) que hubo a nivel mundial gracias a formaciones como The Kliek o The Treble Spankers.
En cambio, la influencia del pop francés entre los músicos neerlandeses fue mínima en ambas escenas musicales. En pleno siglo XXI, las tornas han cambiando. Desde Holanda nos llega el primer elepé de Fleur, un proyecto que nace de la mano de Arjan Spies y Dave von Raven, dos músicos del grupo de instro rock Les Robots. Habían compuesto algunas canciones para dicha formación, pero detectaron que mejorarían con letra y una interpretación femenina. Contactaron con Floor Henkelman y juntos crearon una docena de temas que la cantante tradujo al francés. El resultado es un dicharachero y vibrante elepé yeyé de influencias francesas que recuerda a las grandes del género como Françoise Hardy, France Gall, Sylvie Vartan, Charlotte Leslie, Liz Brady, Stone, Tiny Yong o Jacqueline Taieb. El disco se grabó en Holanda, se masterizó en Madrid y ha sido editado en cedé y vinilo por la discográfica extremeña Bickerton Records.
Fleur se abre con “La tribu des trompetes”, divertida canción en la que los instrumentos de metal brillan por su ausencia, pero en la que los teclados y las guitarras tienen un aguerrido protagonismo. En cambio, “Mon ami Martien” se emparenta con la tradición del beat francés y “Sans toi” tiene ese empalagoso y, al mismo tiempo, delicioso aire folk-pop de muchas de las canciones de las divas del yeyé galo. “Plus de rouge” recurre a la bossa nova para captar al oyente. Hardy y Astrud Gilberto se fusionan en una bonita canción que no nos extrañaría que acabara en alguna banda sonora. Cierran la cara A “L’etolie magique” y Monsieur Dracula”, en las que Fleur y la banda que la acompaña lucen encanto, guitarras distorsionadas y “savoir faire”.
Giramos el disco (estamos reseñando la edición en vinilo) y la primera canción que escuchamos es “Livrer tes affaires”, quizás la más internacional de las composiciones del disco, un pop atemporal con influencias de garaje. “Una fête de folie”, tal y como indica su título, es una de las canciones más locas y vibrantes del conjunto, con el marcado protagonismo de la percusión y la armónica. En “Moi et toi / Toi et moi” brilla la delicada voz de Floor Henkelman y “Petite Amie” se mueve entre el music hall y el jazz, un territorio que también exploraron las cantantes francesas de los sesenta y que se convierte en un ejercicio sonoro que Fleur también supera con nota. “Á venise” es la apuesta más intimista del repertorio, mientras que “Petit homme de papier” cierra el disco bien arriba con su riff de guitarra y la susurrante voz de Fleur planeando por toda la canción.
Fleur es un gran y alocado ejercicio de estilo, que disfrutarán tanto los fans del yeyé francés de los sesenta como los que nunca han escuchado nada de este género. Música para divertirse y gozar. Sin pretensiones, pero de impecable e imaginativa factura instrumental.
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Anterior crítica de discos: The waterfall II, de My Morning Jacket.