Con el concierto del miércoles 29 en la capital de Paraguay, llega a su fin la gira latinoamericana de Andrés Calamaro y con ella la serie de crónicas que el músico –muy amablemente– ha compartido con EFE EME, remitiéndolas desde hoteles, aeropuertos y pruebas de sonido. La foto se corresponde a ese último concierto en Asunción.
Terminamos en Paraguay, con una intensidad de rock ideal. En el Jardín de América nos trataron bien, nos esperaban. Fue una apoteosis de alegría roquera. Uno jamás querría terminar una gira así. Para todos, para la mayoría, para los que lo quisieron pensar así:
Fue la mejor de todas, así lo sentimos y así lo tocamos. Ahora corresponde volver al calor del hogar, abandonar el barco inmaginario, la fantasía verdadera, y esperar la próxima misión, como capitanes Willard en Saigón. Asunción fue perfecta, mucha gente, público roquerísimo… hirviente.
Una palabra para el Premio Ondas, para La lengua popular, un honor, que no por merecido importa menos, un perfecto representante de lo que es hoy la cultura impresa y dicha, el conglomerado de lo que leemos, escuchamos y miramos en España. Y esperando los Grammy Latinos, que bien representan a un continente entero (dos), y conecta a todos los géneros y subgéneros.
The end.
Andrés Calamaro, 31 de octubre.