Festival Charco: El descontrol se impone a la música

Autor:
Jorge Drexler.

Jorge Drexler.

“Gallego y uruguayo rompieron horizontes y unieron ambas orillas del charco”

 

La segunda jornada del Festival Charco aunaba un cartel de bandas latinoamericanas y españolas de primera fila, como Jorge Drexler, Xoel López, Tulsa o Chico Trujillo, pero la noche se saldó con demasiados problemas de sonido y cancelaciones. Allí estuvo Eva Rodríguez.

 

Festival Charco (Ciclo Noches del Botánico)
Real Jardín Botánico Alfonso XIII, Madrid
17 de julio de 2016

 

Texto: EVA RODRÍGUEZ.
Fotos: ANA ROBLEDA.

 

Lo que parecía un planazo de domingo, ir al festival Charco en el Jardín Botánico de la Universidad Complutense de Madrid, con un muy buen cartel de bandas latinoamericanas y españolas, acabó por convertirse en una pequeña tortura con escasas horas de música, largas horas de espera y más de treinta grados a la sombra (esto último, lo único no achacable a los organizadores del evento).

Fue todo un cúmulo de despropósitos que eclipsaron lo importante del día y para lo que el público pagó su entrada: la música. Con más de una hora de retraso, sin ningún aviso previo en la web, ni explicaciones por parte de los allí presentes, salía al escenario Juana Molina en lugar de Tulsa. que eran los primeros previstos de la tarde. La cantante argentina se desesperó nada más comenzar a tocar al no escuchar el retorno de su voz, lo que le imposibilitó seguir más allá del segundo tema por el pésimo sonido y acabó con la cancelación de su concierto por «problemas técnicos». La gente se llevó el primer chasco de la tarde –y no fueron pocos–, aunque Jorge Drexler, en un acto que lo retrata, dejó después parte de su tiempo de actuación para que Molina pudiera interpretar uno de sus temas. «No quería irme sin escucharla», dijo el artista uruguayo antes de darle paso, opinión compartida por muchos entre el público a los que tampoco les gustó que se tuviera que reducir a ese acto de generosidad el tiempo de la cantante.

 

Tulsa.

Tulsa.

 

Dos horas más tarde de lo previsto salió Tulsa, capitaneados por Miren Iza, y la tarde no conseguía mejorar. «Muchísimas gracias por la espera y por aguantar el calor», agradecía la cantante, pero el pésimo sonido afeó las letras de este grupo que no estuvo más allá de los quince minutos tocando temas, las veces desafinados, como ‘Carretera’, ‘Verano averno’ y ‘Oda al amor efímero’. Comenzaba a notarse la aceleración impuesta por el retraso, no solo en el tiempo para cada actuación, sino también en el paso de un tema a otro y en las bruscas despedidas.

Dos amigas de acento extranjero y cara de pocos amigos ironizaban al término de este mini concierto: «¿Y a ti cuál te ha gustado más, el primero o el segundo?». «El primero, que se me ha hecho más corto». En Twitter y Facebook tampoco faltó quien se lo tomara con más o menos humor, y las quejas comenzaban a acumularse.

 

Chico Trujillo.

Chico Trujillo.

 

La nueva cumbia chilena de Chico Trujillo devolvió la esperanza de una remontada y convirtió el Jardín Botánico, por fin, en una fiesta musical. El público se metió de lleno en el baile pasadas las nueve y media de la noche con ‘Caliéntame la sopa con un hueso’ del álbum “Gran pecador” y ‘Loca’, su canción más conocida. Había muchas ganas acumuladas. Sus temas, de variada influencia rock, reggae, ska o hip hop con base de cumbia y sus diez músicos sobre el escenario dieron color a la noche y un toque de pachangueo que ya hacía falta.

Tras otro largo parón, muchos aprovecharon para comer algo e ir a los baños (con agua corriente pero escasa o nula luz). Ante la incertidumbre de la espera, mejor estar preparados.

 

Xoel López.

Xoel López.

 

Xoel López fue el triunfador de la noche con su «Paramales», que vaya si los paró. Acostumbrado como está en su última gira a dar un gran espectáculo y a pesar de que los fallos técnicos en el sonido deslucieran algunos de sus temas, trasladó al público hasta la Patagonia argentina y ya no quisieron volver. Al grito de «Xoel, Xoel, Xoel…» una vez más a la gente se le hizo muy corto el show. Tocó ‘Tierra’ y la corearon, se dio un paseo ‘Por el viejo barrio’ e invitó a otro de los grandes invitados de la noche, Drexler, a que lo acompañara en ‘Hombre de ninguna parte’. Gallego y uruguayo rompieron horizontes y unieron ambas orillas del charco. La banda jugó con los in crescendo, el guitarreo eléctrico más bailable y el emotivo recuerdo a la inmigración de todos los «gallegos de Galicia que cruzaron el charco» con ‘A serea e o mariñeiro’, un tema que manifestó tocar con mucha ilusión en este contexto de música iberoamericana. Con un divertido baile al borde del escenario, se despidió ante un auditorio entregado.

 

Jorge Drexler.

Jorge Drexler.

Con Jorge Drexler se puso final al Charco, ya con la calidad sonora que merecía un acontecimiento de este tipo. El uruguayo salió feliz, fue presentando uno a uno a los miembros de su banda y también se marcó una coreografía con todos ellos. Sus canciones se escucharon renovadas con bases electrónicas. Interpretó ‘Polvo de estrellas’ en una noche que rozaba la luna llena, recordó que solo le hacen falta dos cosas con ‘Guitarra y vos’, homenajeó con ‘Bolivia’ a los bolivianos de aquí y de allá que en su día dieron asilo a su familia, sonó la cumbia de ‘Deseo’ e invitó a Xoel para tocar ‘La luna de Rasquí’. Drexler tampoco se salvó de una inesperada despedida. Les cortaron el sonido en medio del último tema, ‘Todo se transforma’, y el público respondió acompañando a coro la canción hasta la estrofa final porque «cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da».

 

Juana Molina.

Juana Molina.

Sin duda es de elogiar el esfuerzo de los músicos por sacar adelante las actuaciones a pesar del mal sonido, al no escucharse a ellos mismos ni tener los instrumentos calibrados (iban haciendo gestos a los técnicos sobre la marcha). También destacar al público, lleno de venezolanos, uruguayos, argentinos y demás países latinoamericanos, que asumió la situación dantesca con ironía, estoica paciencia y total respeto a los artistas. La organización publicaba ayer una disculpa en redes que llegaba a destiempo. La tarde noche del domingo será difícil de olvidar.

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