Feliz cumpleaños, Sr. Sabina

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Feliz cumpleaños, Sr. SabinaEl pirata, como quien no quiere la cosa y contra pronóstico, celebra hoy su 60 cumpleaños. Una fecha para recordar, aunque sea brevemente, a este inmenso creador y participar desde la distancia de un aniversario que nos llena de alegría y que es un poco de todos nosotros.

 

 

Texto: JUAN PUCHADES.


 

Con el ritmo que se impuso durante los años 80 y los 90 –cuando alimentaba su imagen de crápula–, muchos no creían que verían a Joaquín Sabina alcanzar su sexta década de vida, y menos cuando en 2001 le dio el preocupante «marichalazo». Sin embargo, contra pronóstico, ahí está, preparando su próximo disco –cuya grabación, exigiéndose más, ha pospuesto para seguir trabajando en nuevos temas– y en octubre se le pudo ver en plena forma, rockeando en Las Ventas junto a Los Secretos. Así que parece que el viejo león sigue rugiendo.

Quizás a él no le haga mucha gracia eso de ser un señor de 60 primaveras –o de «cuarenta y veinte», si sigue con su peculiar modo de contabilizar sus cumpleaños–, pero a sus seguidores nos llena de alegría pensar que en un periodo más o menos breve –y se está haciendo de rogar, porque su último trabajo, Alivio de luto, data de 2005; pero hace tiempo que dilata el espacio entre discos– tendremos nuevas canciones suyas. Canciones que nos presentarán al Sabina de hoy, ese que, quizás, se esté mirando en el espejo de hermanos mayores como Dylan o Aute, que una vez atravesada la frontera de los 60 se han reinventado mostrando lo mejor de su talento, en una plenitud creadora que para sí quisieran muchos jovenzuelos que, casi, podrían ser sus nietos.

Veremos qué nos depara el próximo Sabina, ese que tiene que superar el listón del muy logrado, aunque algo oscuro y denso, Alivio de luto, el que a algunos de nosotros ha de hacernos olvidar el pobre testimonio sonoro con el que se saldó la gira junto a Serrat. Esperemos, por tanto, a ese Sabina que ha sido cronista de su época, de su vida y de vidas ajenas, narrador excepcional y el mejor letrista de la música popular en castellano. El cantautor que supo cruzar como ningún otro a la orilla del rock y salir indemne de la experiencia. El inspirado compositor de docenas de canciones que todos guardamos en la memoria. El autor de algunos discos esenciales (básicos para introducirse en su obra son Juez y parte, Física y química, 19 días y 500 noches, Nos sobran los motivos, Alivio de luto). El hombre que en ocasiones prefirió que la caricatura dibujada por él mismo fuera la que preservara su estatura personal y artística. Pero, puede ser, los sabinólogos –tan insoportables como una indigestión– siempre esperamos mucho de Sabina. Por esperar, hasta esperamos que se decida de una vez por todas a dar forma a una serie de discos que con rigor recojan sus rarezas, las caras B, los dúos, las canciones desperdigas en ábumes de tributo, las maquetas… Si alguien merece en este país una colección así, ese es Joaquín Sabina.

En cualquier caso, y mientras quedamos a la espera –de lo que sea–, que tenga usted, señor Sabina, un feliz 60 cumpleaños.

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