Por el momento se desconocen las causas del fallecimiento, pero la noticia es que Paco de Lucía, el gigante de la guitarra flamenca, ha muerto esta madrugada (25 de febrero) a los 66 años. La muerte se ha producido en Cancún (México), donde residía con frecuencia, mientras jugaba en la playa con sus hijos, al sentirse indispuesto. La causa ha sido un infarto. Se le ha intentado trasladar a un hospital, pero ha fallecido antes de llegar.
Paco de Lucía fue un revolucionario de la guitarra flamenca, marcando un antes y un después: tras su aparición, nada volvería a ser igual. Su forma de tocar y su intensa alma musical fueron referencia para guitarristas de todos los géneros musicales. De hecho, él mismo fue uno de los responsables de llevar la guitarra a terrenos como el pop, el jazz o el rock.
Francisco Sánchez Gómez nació en Algeciras (Cádiz) el 21 de diciembre de 1947. Desde niño era conocido como Paco de Lucía, ya que en su barrio había muchos Pacos por lo que se los identificaba con el nombre de sus madres. De su padre recibió las primeras clases de guitarra, que le obligaba a que practicase muchas horas al día.
Uno de los momentos clave del flamenco moderno fue cuando Paco de Lucía y Camarón de la Isla comenzaron a trabajar juntos, a finales de los años sesenta. Entre 1968 y 1977 grabaron diez discos. Paco de Lucía, en su labor de llevar el flamenco a otros géneros, actuó y grabó con Chick Corea, John McLaughlin, Larry Coryell, Al Di Meola, Bryan Adams y Claudio Baglioni, entre otros muchos. Memorables fueron las colaboraciones, en largas giras mundiales con Di Meola, McLaughlin y Coryell.
En los años 1967 y 1968, siendo un veinteanero, colaboró como guitarrista en los dos discos titulados «Flamenco jazz» que publicó el saxofonista navarro Pedro Iturralde y que abrían la puerta como nunca antes a la fusión del jazz con el flamenco. Estas colaboraciones de Paco de Lucía (sus primeros pasos en la fusión) aparecieron firmadas en ambos volúmenes como Paco de Algeciras.
Entre su larga discografía destaca el álbum “Fuente y caudal”, de 1973, en el que se incluyó la rumba ‘Entre dos aguas’, que sería un enorme éxito popular que sobrepasó las fronteras del flamenco. Ahí se atrevió a incluir bajo eléctrico y despliegue de percusiones «calientes», mientras su guitarra parecía mantener un diálogo abierto. Este tema, curiosamente, se incluyó en el álbum de forma casual, al comprobar que resultaba demasiado breve.
Después de vivir durante años en México, había regresado a España, estableciéndose en Toledo. Sus últimos trabajos discográficos fueron “Cositas buenas”, de 2004, y “En vivo”, de 2011. En 2004 recibió el Príncipe de Asturias de las Artes.
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