Daniel Zamora, Dani (también conocido como «Pato»), había nacido el 24 de julio de 1965 en Palafrugell (Gerona), la población a la que regresó hace unos años para curarse un tumor. Allí residía cuando el 28 de noviembre decidió terminar con su vida.
Dani, un hombre pegado al sentido del humor, era un bajista de clase, educado escuchando las grabaciones clásicas de Frank Sinatra (era su dieta musical esencial) y forma parte de la historia grande del rock en español por haber sido «el quinto Rodríguez», el bajista que mantenía la columna vertebral rítmica de Los Rodríguez.
Lo conocí hace unos años, en Madrid, trabajando en un reportaje fotográfico de Los Rodríguez, años después tuvimos la oportunidad de colaborar codo con codo en la realización del libro Los Rodríguez desde la cocina. Recuerdo una larga reunión en un piso de unos amigos suyos, en la zona de Atocha, en Madrid. Dani se alojaba allí temporalmente pues ya estaba pensando en regresar a Palafrugell. Aquel día vimos decenas de fotos de Los Rodríguez de las que guardaba en su archivo personal. Hicimos una selección previa y unos días después volvimos a encontrarnos, ahora en un hotel, para la selección definitiva. Nos reímos mucho aquellos días y en las conversaciones telefónicas para terminar de ajustar el libro. Más tarde nos encontramos en Valencia, él ya estaba viviendo en Palafrugell y el cáncer le había atacado sin compasión –tiempo después, logró superarlo–. Aquella tarde, en la FNAC, presentamos el libro en una especie de show tan disparatado como improvisado. Al final, algunos fans nos preguntaron si lo llevábamos preparado. No. ¿Ya dije que Dani tenía mucho humor?
En los últimos tiempos nos comunicábamos por teléfono. La última vez a mediados del pasado verano: aunque las cosas no le iban bien, Dani estaba cargado de proyectos, tenía canciones escritas por él y pensaba regresar a Madrid.
Perdonen los lectores estas líneas apresuradas, impropias de un obituario, pero son las que vienen a la cabeza en estos momentos.
Hasta siempre, Dani. Seguro que tu sentido del humor sabría sacarle punta a todo esto.
JUAN PUCHADES.