DISCOS
«Quizá no haya aquí canciones memorables pero, al menos, sí que parecemos recuperar a un artista fresco y desenfadado»
Eels
Extreme witchcraft
E WORKS RECORDS, 2022
Texto: EDUARDO IZQUIERDO
Que el proceso de alienación y alejamiento que he sufrido en los últimos años respecto a los discos de Eels es algo que le ha pasado a otros compañeros y compañeras lo he podido contrastar, no solo a través de charlas informales sino también leyendo las reseñas de sus trabajos. Creo que no exagero si digo que desde Hombre lobo: 12 songs of desire, en 2009, no ha logrado hacerme realmente vibrar con una de sus colecciones de canciones, siendo especialmente decepcionante para mí su hasta este último trabajo, Earth to Dora, de 2020.
No supe encontrar allí rastros de ese artista inquieto, brillante a ratos, sorprendente, que me había cautivado en el pasado. Y quizá él tampoco. Puede que sea eso lo que le ha llevado a recurrir ahora a John Parish, productor de prestigio con el que no trabajaba desde Souljacker, en el lejanísimo 2001. No será Extreme witchcraft el álbum que me reconcilie con el proyecto de Mark Oliver Everett. O al menos no al cien por cien, aunque sí encuentro cosas que me gustan. Y, por qué negarlo, que aumentan con las escuchas.
Quizá no haya aquí canciones memorables pero, al menos, sí que parecemos recuperar a un artista fresco y desenfadado. Con la chulería que desprenden canciones como “Amateur hour” o el espíritu bailable de “The magic”. Con las guitarras saturadas de fuzz, en un disco para escuchar con el volumen al doce y dejarse capturar por su acercamiento al garage, llevado a la evidencia en “Good night on earth”.
Algo que contrasta con el hecho de que todo lo que suena fuera grabado a distancia, con Everett registrando sus partes en su estudio casero en Estados Unidos, a las cuatro de la mañana, intentando no despertar a su hijo. La nueva normalidad. Esa que parece que nos ha llevado, de momento, a recuperar a un artista con ínfulas de grande.
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