Explosions in the Sky: «Hemos conseguido la versión más evolucionada de la banda»

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«Pretendemos que el oyente vaya pintando un lienzo a medida que avanzan las canciones, y que ese dibujo invada su cabeza»

 

Un cuarto de siglo y más de una docena de álbumes contemplan a los texanos Explosions in the Sky, que hace unos meses pasaron por España para presentar su último trabajo, End. Con ellos habló Jagoba Estébanez.

 

Texto: JAGOBA ESTÉBANEZ.
Fotos: NICK SIMONITE.

 

Explosions in the Sky es un caso de estudio del mundo del rock, que ha traspasado todas las fronteras con sus elepés y bandas sonoras en la gran pantalla. Una rara avis que podría haberse quedado como un cuarteto inclasificable experimentando con riffs de guitarras en el garaje de una casa estadounidense, pero que terminó por impulsar y popularizar el post rock, género cuya característica principal es la ausencia de letras en sus canciones.

Munaf, Chris, Michael y Mark son los responsables de esas complejas melodías a base de guitarras, bajo, teclados y batería. Canciones que comienzan ligeras como granos de arena moviéndose por el extenso Oeste, dando paso al vendaval para romper con todo lo establecido en forma de tornado, hasta dejar levitando al oyente con el eco de las notas de un solitario instrumento. Los de Midland son especialistas en arrancar la calma de cuajo como quien saca de la tierra un tubérculo y encuentra lo que busca en la raíz: un sentimiento enérgico, nostálgico y adictivo demasiado profundo para ser visto, pero que brota a flor de piel. Un magnificador de emociones encapsuladas y una contemplación que te hace sentir todo de forma poética, provocando tormenta en la calma y calma en la tormenta. Tras su paso por Barcelona y Madrid, con la gira de su último disco, End (Temporary Residence Limited, 2023), hablamos con ellos sobre su carrera, su reciente elepé, su inspiración, la música instrumental e incluso sobre la serie de culto Friday Night Lights.

 

¿Por qué End?
El título se nos ocurrió cuando estábamos grabando el álbum, pensando cómo hilar los diferentes conceptos que alumbraron estas canciones. Hemos hecho discos sobre romance, guerra, pérdida… y esta vez nos dio por hablar sobre la muerte, ese momento cuando la vida de uno termina. Y no hablábamos de nuestros familiares mayores que ya se fueron, sino sobre nosotros, que ya somos la siguiente generación y tenemos amigos que ya han fallecido. Pero al final decidimos no ser tan trágicos con la idea de la muerte y le dimos la vuelta a la tortilla, enfocándolo sobre lo que viene después del final de algo. No hace solo referencia al simple hecho del fin como tal, ya sea de la vida, de una relación o del trabajo, sino al nuevo comienzo que esto supone. Es un concepto mucho más amplio que abarca todo ese periodo de tiempo, especialmente todo lo que comienza tras ese final. Cuando se cierra una puerta se abre una ventana.

Pero vais a continuar grabando discos, ¿no? Porque el título del álbum podría vaticinar el final de la banda.
Sí. Sabíamos que la palabra End daría lugar a muchas interpretaciones, igual que la música instrumental que hacemos. Cuando avanzamos el título dejamos que el mundo empezara a hablar del tema, y fue emocionante para nosotros ver cómo especulaban, todos preguntándose si nuestra carrera se terminaba, y decidimos no responder. Entonces todos empezaron a hacer su propia historia.

Vuestra obra está llena de discos conceptuales. Si analizamos los títulos de las siete canciones se podría generar una historia que habla por sí sola. Me aventuro: «Diez mil millones de personas continúan buscando nuevas oportunidades tras lo que se suponía que sería el final, para encontrar esa persona que amarán de nuevo. Encontrarán paz y calma en todas las montañas del camino, pero también ansiedad en la pelea. Así son las cosas. Este no es un final, nunca va a parar».
Me has dejado sin palabras. Es muy emocionante lo que has dicho. La verdad es que se trata de una historia contada de principio a fin. Lo que pretendemos es que, a medida que avanzan las canciones, el oyente vaya pintando un lienzo, y que ese dibujo personal invada todos los espacios en su cabeza.

¿Cómo habéis enfocado este nuevo elepé en comparación con los anteriores?
Los primeros fueron compuestos en una sala de ensayos, todos juntos. Pero esta vez, con el desarrollo de las tecnologías, lo hemos hecho bastante a distancia, sobre todo por comodidad, puesto que ya no vivimos todos en Austin. Nos íbamos enviando melodías acompañadas con nuestros sentimientos, y solo nos reuníamos una vez cada cuatro o cinco semanas para tratar las canciones y ensayar.

¿Y estáis contentos con el resultado?
No te lo puedes ni imaginar. Hemos conseguido la versión más evolucionada de la banda, aportando lo mejor de cada uno de nosotros con nuestra experiencia. Ahora nos sentimos muy cómodos, tenemos confianza los unos en los otros, tocamos con mucha seguridad y fluyen las melodías.

Hay una mezcla muy interesante en End. Los dos primeros temas son muy del estilo de The wilderness (Temporary Residence Limited, 2016), potentes y llenos de sintetizadores, con melodías cortas que se repiten muchas veces a lo largo de la canción, mientras que los cinco restantes se asemejan mucho a vuestros inicios como en The Earth is not a cold dead place (Temporary Residence Limited, 2003), con desarrollos muy complejos. ¿A qué se debe? ¿Es a propósito?
¡Guau! Cuando lo terminamos y al escucharlo del tirón pensamos exactamente lo mismo. La verdad es que no nos dimos cuenta hasta que lo escuchamos, así que no fue a propósito. Es como fluyó naturalmente, así salió la composición de las canciones.

Con respecto a esa segunda parte, estoy alucinado con el final de “All mountains” y con los contrastes a lo largo de la pieza. Tuve el mismo sentimiento en su día con “Six days at the bottom of the ocean”, una de mis preferidas de la banda. ¿Cómo se plantea tanto contraste dentro de la misma canción?
Para nosotros el contraste siempre debe estar ahí, puesto que es algo natural en la vida: lo bueno y lo malo, el ruido y el silencio, el sosiego y la exaltación… todos se hacen compañía uno a otro. Debes ser un tipo callado para que cuando grites se te escuche con atención­, o en ocasiones debes permanecer lejos para que los recuerdos sean brillantes. En Explosions in the Sky buscamos un balance con la idea de los contrastes, ya que dichos elementos se necesitan unos a otros.

Algunos compositores crean las canciones basándose en letras o describiendo situaciones. ¿Cómo es componer sin letras, sin contar nada con palabras? ¿Cuál es vuestra inspiración?
Viene de muchos lugares. Te voy a poner un ejemplo que poca gente conoce. Antes me hablabas de “Six days at the bottom of the ocean”, canción que bebe directamente de la historia del submarino ruso Kursk, que naufragó a principios del siglo XXI cuando supuestamente llevaba una gran carga nuclear. En seis días se iban a quedar sin oxígeno, y todos los gobiernos decidieron dejarlo estar en vez de ir a rescatar al centenar de tripulantes. En su día seguimos la historia y nos impactó muchísimo. Seguimos sin comprender cómo se decidió sacrificar a tanta gente por la excusa nuclear. Cuando escuches de nuevo la canción fíjate que el pitido inicial hace alusión al radar, y el potentísimo final se corta de golpe, simulando el momento preciso en el que el submarino desaparece. Se acabó.

Espectacular.
A veces son las noticias, otras veces nacimientos, miembros de la familia que han fallecido, las tormentas que experimentamos… En general todo viene de los sentimientos tras experiencias vitales y de lo que ocurre en el mundo.

 

«Debes ser un tipo callado para que cuando grites se te escuche con atención»

 

Siempre he creído que los paisajes serían una fuente de inspiración directa para vosotros, además de los sentimientos. Quizás sea por la influencia de la serie Friday Night Lights, que usaba vuestras canciones como banda sonora y donde encajaban tan bien con esos cielos abiertos del Oeste estadounidense.
Efectivamente, también es así. Allí fue donde nos criamos, en ese pequeño pueblo del oeste de Texas, aunque el pueblo Dillon fuera ficticio en la serie. Cuando llegó la oportunidad de poner canciones a la serie ya teníamos montones de ellas que sabíamos que iban a encajar a la perfección, antes siquiera de ver los capítulos. Eran melodías que teníamos latentes en la memoria desde nuestra infancia, basándonos en esos paisajes que comentas.

¿Hay algo artístico que os inspire también especialmente?
En la banda somos todos muy fanáticos de la película Una mujer bajo la influencia [John Cassavetes, 1974]. Nuestro sonido tiene mucho que ver con los sentimientos que nos genera esa película.

¿Cuál es la diferencia entre crear un álbum al uso y una banda sonora? ¿Atenerte al guion te priva de libertad compositiva?
Aquí tenemos mucha suerte, ya que quien nos contrata para una banda sonora sabe lo que busca, porque tenemos un sonido muy particular. Es cierto que de alguna manera debemos atenernos a la historia, pero al final lo enfocamos como si fuéramos quienes cocinan con unos ingredientes que ellos nos dan. De todos modos, nos suele resultar más duro hacer uno de nuestros discos.

¿Es un hándicap crear música instrumental hoy en día? No sé si pensáis que habríais llegado a más público si hubierais creado música con letra.
Buena pregunta [se ríe y se queda un rato pensando]. No lo sé, pero diría que no, porque si escribiéramos y cantáramos dudo que fuésemos igual de buenos que ahora. Somos una banda instrumental, y somos conscientes de que escribir letras y pintar un lienzo a través de ellas también requiere de mucha habilidad. Seguro que tus artistas preferidos tienen una habilidad especial para escribir y cantar, pero nosotros no la poseemos.

Este enfoque vuestro hace que la banda carezca de un líder claro, de un frontman.
Correcto, eso es lo que intentamos y siempre promovemos.

¿Qué le diríais ahora con vuestra experiencia a los Explosions in the Sky de los inicios allá por el final de los noventa?
Hacedlo tal y como lo estáis haciendo, seguid adelante y confiad en vosotros mismos. Para alguien joven, es difícil el tema de la confianza, y aprovechar una gran oportunidad que se presenta en tu vida. Nosotros por suerte fuimos a por ello, dejamos el trabajo y nos pusimos a tocar música. El éxito en cierto modo es fortuito, así que somos unos afortunados.

¿Cómo está yendo la gira?
Al principio fue dura. Volver a tocar delante de tanta gente después de tres años y medio y tener que recuperar canciones, además de las nuevas, necesita muchos ajustes. Pero ya todo fluye, nos encontramos todos en la misma frecuencia y es algo increíble.

Habéis elegido Barcelona y Madrid como ciudades para el fin de la gira europea. ¿Cuál es vuestra relación con España?
Crecimos en Texas con muchos mexicanos, lo que nos hace comprender el idioma y parte de su cultura, que al final termina por conectarte con España. En mi caso [Munaf], mi cuñada es española, así que vengo bastante y tengo una conexión especial con el país. Hemos visitado España muchas veces más allá de las giras, sobre todo la costa, a experimentar la vida del país, y lo amamos.

¿Escucháis alguna banda española?
Somos fans de los extintos Migala, un grupo que nos encanta. Incluso llegamos a conocerlos y nos hicimos amigos, pero la verdad que hace mucho que no hablamos.

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