Estëreo estrada, de Eladio Santos

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DISCOS

«En gallego y castellano, Eladio parece más suelto que nunca, libre de ataduras, sin problemas para acercar cualquier estilo al pop marca de la casa»

 

Eladio Santos
Estëreo estrada
ELADIO SANTOS, 2024

 

Texto: XAVIER VALIÑO.

 

Conoce bien el negocio de la música Eladio Santos. Las ha visto de todos los colores (proyectos frustrados para multinacionales, grabaciones con sellos independientes, la autoedición ahora), con Los Tres Sudamaricones, con Tony Lomba o al frente de Elodio y los Seres Queridos, luego reconvertidos en Eladio y los Seres Queridos. Y en estos treinta años en la música (dieciséis editando discos) ha ido dejando caer unas cuantas canciones de esas que dignifican el oficio del compositor en el pop español, como “España a las 8”, “Con el corazón en la mano”, “Esto que tienes delante”, “Algún iluminado”, “El hundimiento” o “El Norte”. También ha dejado ver sus especiales dotes para las versiones, como las que incluía su disco Cantares o su adaptación de “Xanadú”(con El Capitán Elefante).

Ahora ya no cuenta con su banda habitual, probablemente por todas las servidumbres que representa para un grupo el ritmo y las necesidades de estar siempre grabando y tocando. Sin promoción alguna, publica nuevo álbum en solitario, autoeditado, con el que asegura que solo dará algún concierto en la Casa de Arriba, de Vigo, aunque seguramente no pueda dejarlo ahí y se líe la manta a la cabeza después del verano.

Las nueve canciones que ha escrito durante los últimos años —más dos versiones: “Solo de flauta”, de Pablo Milanés, con texto de Nicolás Guillén, y “Aleluya num 9”, de Luis Eduardo Aute, con sus referencias al “Hallelujah” de Leonard Cohen— hablan de «la necesidad humana de fantasía, del inhumano ritmo de los mercados que padecemos en la era de la información, de amparo y desamparo, de amor y morriña».

En gallego y castellano, Eladio parece más suelto que nunca, libre de ataduras, sin problemas para acercar cualquier estilo al pop marca de la casa, sea el country (“Farto e baleiro”), las piezas más eléctricas (“Estrada de nada”), ritmos ligeramente bailables (“Un mundo para ellos”) o el mundo de los cantautores (“Será que no te olvido”). Se nota que está hecho por necesidad, instintivamente, solo por el placer de tocar y cantar, sin necesidad ni de masterización. Y de ahí que el más cercano y honesto Eladio hasta ahora sume nuevas delicias a su reluciente fondo de catálogo, como “Vals animal”, “Solo humo” o “Fuimos los ciudadanos”. Únicamente ha dejado fuera su adaptación de “Grándola vila morena” (junto a Cora Velasco) con la que abrió su perfil en las plataformas digitales hace unos meses, que merece la pena recuperar también.

Anterior crítica de discos: Romance, de Fontaines D.C.

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