Kikí D’Akí: Pop con buen gusto

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Entrevista: Kikí D'Akí Pop con buen gusto

Kikí D’Akí, nombre mítico de los años 80 (y componente en su día de Las Chinas), parece que definitivamente recuperada para la canción en este nuevo siglo, tiene nuevo disco, No mires atrás. Otra obra más de exquisito pop para gente con buen gusto.

 

 

Texto: JUAN PUCHADES.
Foto: MARIO PACHECO.

 

 

El caso de Kikí D’Akí (María José Serrano) es uno de los más extraños del pop español: dio sus primeros pasos en los comienzos de los años 80 con el grupo femenino Las Chinas, reapareció en 1983, ya como Kikí D’Akí, con un delicioso single que daría lugar a un maxi, donde interpretaba con enorme personalidad y elegancia temas firmados por Fernando Márquez «El Zurdo» (Kaka de Luxe, Paraíso, La Mode, Pop Decó) de exquisito pop atemporal. Sin embargo, Kikí desapareció durante dos décadas y aquellas canciones («Accidente», «La ciudad y tú»…) quedaron como rarezas del mejor pop español de aquella década. Contra pronóstico, en 2003 reapareció en la escudería del sello Siesta con Mi colección, un trabajo en el que seguía donde lo había dejado, pero con un poso de mayor sobriedad, de más profundidad. Entonces, junto a algunos temas de El Zurdo, incluía canciones de Sergio López de Haro, quien se encargará de escribir las canciones –y tocar la guitarra– en los dos discos siguientes: Villa Flir (2005) y el recién publicado No mires atrás. En ellos, Kikí D’Akí se presenta como una intérprete que busca la belleza pop en cuidadísimos discos para gente con buen gusto. Ni más ni menos.

El anterior disco era como más otoñal, más crespuscular, este te ha salido más alegre, ¿no?
Sí, el anterior daba vueltas alrededor de uno mismo.

El disco se llama No mires atrás y, sin embargo, muchas canciones lo que hacen, precisamente, es mirar hacia el pasado y al paso del tiempo.
Es un guiño. Es No mires atrás porque si quieres hacer algo ha de ser desde hoy, pero sí, el pasado existe, y la nostalgia y el peso que uno lleva encima. Lo cual no quiere decir que te quedes ahí, porque hay que mirar hacia adelante. En todo caso, pretende ser irónico: No mires atrás y luego estás mirando para atrás todo el rato. Es como reírse de uno mismo.

Tú no eres compositora, pero ¿los compositores con los que trabajas, los buscas a tu medida?
Sí, creo que sí.

¿Y las canciones las escriben para ti, pensando en ti, en que las vas a cantar tú?
Sí. Lo que pasa es que tengo un compositor de lujo, porque está muy cercano a mí y él sabe poner en palabras muchas cosas que son mías, que las reconozco como mías. Digamos que somos un tándem extraño, de esos extraños que funcionan en la vida.

Hace veintitantos años, ¿ya te pasaba eso con las canciones que componía para ti Fernando Márquez «El Zurdo»?
Con algunas sí, las canciones de Fernando las elegía, digamos que decía «esta sí, esta no». Fernando siempre ha tenido canciones muy buenas, pero yo siempre elegía las más sencillas o las más personales.

¿Qué le pides a una canción para hacerla tuya?
Tienen que gustarme mucho las dos cosas que componen una canción: letra y música, igual de importante es una cosa que otra. Si la música es preciosísima y la letra no, pues no funciona. Porque, claro, pronunciar frases que tú no sientes o que te dan un poco de apuro o que realmente tú no dirías nunca, pues no se puede hacer. O yo, por lo menos, nunca he sabido hacerlo, supongo que sí se debería hacer, pero yo no puedo.

¿Has tenido alguna vez canciones que hayas rechazado precisamente por eso?
Sí, pero nunca es enteramente eso, siempre es cambiar alguna palabra, una pequeña frase. La verdad es que los autores con los que he trabajado ya están como elegidos de antemano, nunca te van a traer algo que digas: «uy, qué horror, no me gusta nada». Es como el productor, los productores con los que trabajas ya sabes que te vas a entender con ellos. No vas a estar esperando el resultado de tu disco para ver si te has entendido o no. Una vez que sabes previamente qué es lo que quieres, ya tienes libertad total.

Hablabas de productores, el primer disco tras tu regreso, lo produjo Ramón Leal, el segundo Guille Milkyway y éste nuevo Parade. Además, cada uno se ha grabado en una ciudad distinta: Madrid, Barcelona y Valencia. ¿Quién será el productor del próximo y en qué ciudad?

No lo sé, ni siquiera sé si habrá próximo. No tengo ni idea.

¿Lo de cambiar en cada disco de productor ha sido intencionado, buscabas que cada disco tuviera una sonoridad distinta?
Siempre es ir buscando cómo deberían sonar las canciones, y luego, cada disco es siempre una sorpresa, yo creo que el primero ha sido como el más sencillo, el más light, digamos, quizás un poco hasta demasiado, el segundo ha sido el más barroco, el más Milkyway, con unos arreglos alucinantes. Y el tercero quizás sea el más equilibrado de los tres.

¿Los tres productores los elegiste tú?
El primero no, fue cuando empezábamos y Ramón Leal era el productor que trabajaba con Siesta, y la verdad que bien. El resultado sí nos gustó, salió con sonido Ramón Leal, pero estaba muy bien.

¿Te dejas hacer en los discos?
¿En cuanto a arreglos y todo eso? Sí, por supuesto.

Curiosamente consigues que siempre suenen a ti, supongo que por la voz.

Siempre me lo dicen, «qué personal, cómo suenan a ti». Pero yo creo que es más por el entorno, por la gente. Creo que la continuidad, aparte de mi voz, la da Sergio, con los temas, los arreglos, las guitarras que son superpersonales. Entonces sí, al final tiene un sonido personal.

Como intérprete, ¿tienes algún modelo en el que te mires, aquello de ver la carrera de alguien y decir esto es lo que a mí me gustaría lograr?
Yo he tenido una carrera tan sumamente atípica que me gustaría mirarme en cualquiera que haya tenido una carrera, simplemente. Eso es lo que me gustaría. Yo más que una carrera parece que he tenido… no sé, ¡un tropezón! [Risas.]

Qué bueno, acabas de darme el titular.
¡No, no, eso no! [Más risas.]

Estás haciendo un pop muy apto para todos los públicos pero a la vez también tiene un cierto componente culto, arty o así.
Es curioso, tú me dices eso y otros me dicen que es naïf.

No lo veo nada naïf.
Yo tampoco, pero no lo veo como una cosa muy culta. Pero normalmente esas son las dos cosas que me dicen que es muy culto o que es naif. Interprétalo tú mismo.

¿Tú qué crees que haces?

Hummm…. ninguna de las dos cosas.

¿Pop, sin más?
Sí, es pop, por popular, es realmente popular. Lo que es una canción pop: se transmiten ideas, sentimientos y de andar por casa. Me choca que vean esas cosas. Sí, es de adultos, pero veo que tiene una mirada limpia. Ésa es la cosa.

¿Por qué te pasaste 20 años sin grabar?
Realmente porque estaba metida en otros temas, había nacido mi hija, estaba muy metida en la astrología, que es otra cosa que siempre me ha gustado.

Como Françoise Hardy.
Sí, fíjate, me enteré al cabo de los años.

Ella ha escrito libros sobre el tema.
Sí, tengo un libro suyo muy bueno.

¿Durante ese tiempo no hubo ningún intento o amago por regresar?
No. ¿Sabes qué pasa? Cuando nos retiramos en el 88, dimos el último concierto y estábamos intentando grabar, porque teníamos un grupo, sonábamos muy bien, y no pudimos grabar y nos retiramos por aquello de ya está bien de intentarlo, no puede uno darse con la cabeza contra la pared, si no se puede, pues no se puede. Pero, claro, se retira uno con pena, con tristeza, diciendo, joder, no he sido capaz de sacar esto adelante.

¿No quedaron maquetas inéditas?
Sí, lo que salió en la reedición del maxi de Nuevos Medios, los cinco bonus tracks eran canciones que teníamos en directo, en ese año, en el 88. Pero no es maqueta está grabado en diretco.

¿Con todo este furor de retorno de grupos de los 80, nadie os ha propuesto que vuelvan Las Chinas?
Ay, por Dios, no, nadie. Han tenido el sentido común de no proponerlo. Eso ni soñarlo.

¿Lo ves como una aventura demasiado juvenil?
Sí, tuvo su momento y lo que tiene gracia en un momento, en otro puede resultar patético. ¡Qué horror!

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