«Ahora mismo, Vetusta es tan grande que más que de parar, tienes que hablar de hacer girar un poco el barco»
Recién publicado su nuevo disco, “Figurantes”, al tiempo que, como banda, anunciaban que se tomarán un descanso tras unos cuantos conciertos, hablamos con Jorge González —percusión y programaciones de Vetusta Morla— para entrar en detalles. Por Javier Escorzo.
Texto: JAVIER ESCORZO.
Fotos: JERÓNIMO ÁLVAREZ.
Que Vetusta Morla es una de las bandas nacionales más importantes de las últimas décadas es algo que pocos discuten. No se trata de gustos, sino de datos objetivos: cifras, popularidad, repercusión… Los madrileños han dedicado los últimos quince años de su vida al grupo. No cabe duda de que es gratificante dedicarse a lo que a uno le gusta, pero tampoco podemos obviar la exigencia que, en algunos casos, esto requiere. Por eso, ahora han decidido tomarse un descanso de un año, aunque lo anuncian de una manera extraña: publicando un disco a modo de «hasta luego». Figurantes, que así se llama el álbum, no tendrá gira de presentación propiamente dicha, solo algunos conciertos que tenían cerrados.
El disco
La composición del álbum ya llegó en unas circunstancias poco habituales en Vetusta Morla, pues fue gestado en los huecos que encontraban entre concierto y concierto. Como explica Jorge González (percusión y programaciones), no suelen hacerlo así: «Ha sido una cuestión excepcional. Alguna vez hemos compuesto algo durante las giras, alguna banda sonora para vídeo juegos y películas, pero nunca nos habíamos metido a generar canciones. Era algo que nos apetecía. Desde que empezamos, llevábamos haciendo el típico ciclo de estar un año componiendo y grabando, promoción, gira de dos años… La banda ha crecido, ahora hacemos menos conciertos pero más grandes, y en esta gira hicimos un planteamiento de dejar espacios libres para juntarnos en el estudio. Teníamos alguna idea previa y empezamos a trabajar. Primero tuvimos un epé, no habíamos planeado grabar un disco, solo queríamos reunirnos y hacer cosas. Al final, hicimos tres bloques de trabajo y nos juntamos con once canciones sin ningún tipo de paraguas conceptual. Son solo canciones que nos emocionaban y nos apetecía grabar».
«El disco se llama Figurantes porque no hay canciones principales o protagonistas»
Aprovechando esos momentos en los que la actividad del grupo les permitía ir avanzando con el nuevo material, el sexteto se metió en tres estudios de Madrid para ir registrando sus progresos: «En esta ocasión, las canciones venían ya muy trabajadas de casa de Juanma y de Guille. Nos metíamos directamente en el local de ensayo con ellas y las grabábamos. Algunas las grabamos en los antiguos estudios Reno; otras en Estudio 1; otras en Musigrama, donde se han grabado discos mitiquísimos como el Lágrimas negras; también grabamos en el estudio de Campi Campón, que ha coproducido el disco con nosotros». Repiten con Campi como productor, y Jorge tiene claro los motivos para volver a contar con él: «Es el tercero de estudio que hacemos con él, sí. Campi genera espacios creativos muy buenos para que sucedan cosas, ese es uno de sus puntos fuertes. Es productor, pero también músico en activo de la banda de Jorge Drexler, y eso hace que pueda ponerse en tu lugar. Trabajar con él es un gustazo. Nos aprendíamos las canciones, las tocábamos entre todos, les dábamos un par de vueltas y empezábamos a grabar. Cuando encontrábamos una toma con cierta magia, ya la íbamos analizando y trabajábamos sobre ella, pero partíamos siempre de una toma de directo».
Quizá, por haberlo grabado así, en diferentes momentos y distintos estudios, el álbum haya quedado tan ecléctico; aunque lo cierto es que Vetusta Morla siempre ha sido una banda aficionada a jugar con diferentes estilos. Jorge lo confirma: «Siempre hemos sido un grupo muy abierto. Ya en Mapas, empezábamos con “Los días raros” y una de las últimas era “Maldita dulzura”, que son dos mundos totalmente distintos. O Un día en el mundo, que tenía “Autocrítica” y “Saharabbey road”, que tampoco tenían nada que ver. Siempre hemos mantenido un sonido más influido por el pop británico, y a partir de Mismo sitio, distinto lugar, cambiamos un poco las formas. Fue cuando entró Campi y le dio otra mirada». Esa nueva mirada les hizo, entre otras cosas, acercarse a las músicas tradicionales españolas, algo que llevaron a su máxima expresión en su anterior álbum, grabado en directo, Bailando hasta el apagón. Sin embargo, en esta nueva entrega, estos géneros no tienen apenas presencia: «No está tan presente la música tradicional, es cierto. Esto es otra cosa y otro concepto. Quedan vestigios, como también quedan vestigios de de nuestro paso por Cable a tierra, La deriva o Mapas. Son cosas que vas aprendiendo y van permaneciendo en ti para convertirse en un recurso más».
No cabe duda de que Vetusta Morla es uno de los actores protagonistas del panorama nacional de los últimos tres lustros, como también lo son algunas de sus canciones, que se han ganado un lugar destacado en eso que llaman la memoria colectiva de los tiempos. Sin embargo, con el título de este nuevo disco parecen reivindicar otra cosa: «El disco se llama Figurantes, como una de las canciones. Nos pareció apropiado porque en este álbum no hay canciones principales o protagonistas. Son esas canciones que en un reparto serían figurantes, que son las que dan sentido a la obra, que para nosotros sería nuestra carrera. Conforme lo íbamos grabando, sentíamos que el disco había cogido una relevancia increíble». Siguiendo con esa línea argumental, en la portada quisieron colocar las caras de algunos de sus seguidores, pero luego las taparon: “Estamos rodeados de figurantes, las protagonistas son las canciones. La gente que nos sigue son los figurantes que hacen que las canciones vayan a donde tienen que ir. Tenemos una comunidad de seguidores a los que llamamos Valientes, y les dimos la oportunidad de aparecer en la portada. Sale su cara, aunque luego hay un punto en medio que les tapa. Eres protagonista entre comillas, porque sales en portada, pero no se te ve bien. Todos somos igual de importantes en este proceso, el público y los músicos».
Efectivamente, en este disco no parece haber unas canciones que destaquen sobre otras. No hay protagonistas, como dice Jorge, pero, realmente, todas podrían jugar ese rol: «El otro día coincidí con una amiga poeta, se llama Antonia Castaño, y me dijo que, cuando escuchó el disco, le recordó a su proceso de escritura. Ella escribe poemas sueltos y luego, cuando los junta en un libro, ve que realmente tampoco tienen tanto en común unos con otros. Le pareció que este disco era un poco así, y me hizo gracia, porque realmente lo es. Este disco no es como otros que hemos hecho, que estaban concebidos para ser escuchados de una vez, en su orden. Este no es así, aquí las canciones funcionan sueltas o en cualquier otro orden. Todas tienen mucha fuerza y capacidad de emocionar por sí solas».
«Hemos quedado que en otoño del 2025 quedaremos para hacer un disco nuevo. Ese es el plan»
El descanso
A diferencia de lo que llevan haciendo desde que publicaron su primer álbum, Un día en el mundo, a este disco no le seguirá una gira extensa. De hecho, solo cumplirán con las fechas que ya tenían cerradas: «Ahora mismo, Vetusta es tan grande que más que de parar, tienes que hablar de hacer girar un poco el barco. El grupo es como un buque, tienes que tomar decisiones con mucha antelación, porque supone muchas cosas, tanto para pararlo como para volverlo a encender. La parada lógica habría sido después de las navidades, después de los conciertos en el Wizink. Pero teníamos este disco y lo queríamos sacar. Además, teníamos muchas peticiones de conciertos. Pero esta decisión se tomó hace un año, más o menos. No sabíamos fechas cerradas con exactitud, pero sabíamos que por ahora tendríamos nuestro descanso». Jorge habla de un buque para referirse a Vetusta Morla; curiosamente, hace aproximadamente treinta años, los miembros de otro gran grupo nacional, Héroes del Silencio, utilizaban el mismo símil para referirse a su propia banda. Como es bien sabido, los de Zaragoza se separaron definitivamente en 1996, y uno de las causas a las que apuntan hoy es, precisamente, no haberse tomado nunca un tiempo de descanso entre aquel ritmo enloquecido de giras, viajes, promoción y grabaciones: «Sí. La vida pasa para todos. Antes íbamos todos juntos al instituto. Ahora, unos tienen familia, otros no; uno puede romper con su pareja, otro puede tener problemas familiares, otro puede tener otras inquietudes artísticas o personales… Es bueno dejar cierto espacio. Lo que nos preocupa no es tanto el cansancio, sino llegar a tener la sensación de que estamos haciendo todo el rato lo mismo, como si estuvieses haciendo churros. Hace falta espacio para pensar, ver cómo ha cambiado la industria, tus amigos, tú mismo… Es cierto que tenemos mucha presión y responsabilidad, pero hay muchos trabajos con un castigo bastante más duro que el nuestro. Tenemos la suerte de vivir de lo que nos gusta y eso es increíble».
Visto desde fuera, la profesión de músico, y más cuando se tiene éxito, puede parecer algo bastante idílico. Sin embargo, a nada que uno escarbe un poco, verá que no todo es un camino de rosas; estar en una banda como Vetusta Morla exige un gran esfuerzo y una implicación absoluta. Jorge lo explica: «Yo tengo un sello en el que intento ayudar a bandas jóvenes y emergentes. Cuando las veo, empatizo mucho. Cuando empiezan a crecer, les hablo de algo que no es cansancio, sino desgaste emocional. Yo solo lo vivo cuando soy un Vetusta. Es el hecho de estar siempre expuesto en público. No dejas de ser tú, pero tienes que estar siempre de una determinada manera. O cuando tocas, que quieres transmitir lo máximo posible al público y te implicas mucho, pero acabas fundido. Será la edad, pero cada vez acabo más cansado. Es un cansancio emocional, no es físico».
Así las cosas, después del verano, cuando hayan concluido los conciertos que ya tienen anunciados, Vetusta Morla se tomará un merecido descanso. Pero que nadie se alarme, porque ya han marcado fecha para volver a reunirse: «Hemos quedado que en otoño del 2025 quedaremos para hacer un disco nuevo. Ese es el plan».