El Nido: «Intentamos que nuestro directo sea una historia en sí mismo»

Autor:

«Vamos con un set preparado para que todas las locuras que hemos querido meter en La constancia suenen tremendas»

 

La fusión que hacen del folclore más arraigado, con grandes dosis de diversión que saben a pop rock, es la clave de acceso a esta banda burgalesa que anda ya presentando su segundo álbum de estudio. Un trabajo, La constancia, que invita a infinidad de sensaciones en las que la tradición, desde una mirada contemporánea y fresca, encuentra su sitio en estos tiempos que corren tan atomizados y sin identidad. El Nido son ese lugar en el que sentirse como en casa, pero también donde lo ajeno termina convirtiéndose en propio; y esta primavera vamos a ser testigos de ello con la gira que emprenden de la mano de Girando Por Salas (GPS) con estas citas: Almería (29 de marzo), A Coruña (5 de abril), Tameiga-Mos / Pontevedra (13 de abril), Oviedo (24 de abril), Granada (3 de mayo) y Huesca (10 de mayo).

 

Texto: EFE EME.
Fotos: CLAUDIO RIVERO (Foto 1) y JAIME CARAZO (Foto 2).

 

¿Recordáis cuándo, dónde y con quién disteis vuestro primer concierto?
No sabemos exactamente cuál fue, pero nos viene a la mente uno de los primeros que dimos en el Espacio Tangente de Burgos, un lugar que remueve la cultura de base y programa, desde la autogestión, cosas de muchísima calidad.

¿Con qué actitud afrontáis los conciertos del ciclo Girando por Salas?
¡Con mogollón de ganas! La gira del primer disco ya nos tuvo girando por muchísimos sitios, más de ciento cincuenta en dos años; pero con GPS vamos a tener la oportunidad de ir a sitios que antes se nos hacían inalcanzables. Así que estamos absolutamente impacientes por volver a coger carretera.

¿Dónde y cuánto soléis ensayar?
Ahora mismo estamos preparando la nueva gira, así que intentamos sacar huecos, siempre que podemos, entre lo frenético de compaginarlo con el lanzamiento del disco. Tenemos un pequeño local en el Andén 56 de Burgos, que es donde ensayamos un montón de grupos del panorama burgalés, como La MODA, Rutty y Del Pyro, Sioqué, Memocracia… Hay un ambiente brutal siempre por allí.

¿Qué formatos vais a desarrollar en este ciclo?
Vamos con un set nuevo, preparado para que todas las locuras que hemos querido meter en La constancia suenen tremendas. Eso incluye todo lo que hay entre medias, como una azada llena de barro, una mandola con distorsión y un octapad. Ahora, para quitarse de dudas… ¡toca verlo en los conciertos!

¿Qué banda y músicos os acompañan?
Vamos nosotros cinco, con todo el power del quinteto y con cacharricos nuevos para esta gira un poco más loca.

¿Qué criterios seguís para seleccionar el repertorio?
La verdad es que nos comemos la cabeza muchísimo con esto. Intentamos siempre que el directo esté megacuidado y que sea una historia en sí mismo. En La constancia tenemos canciones superíntimas, otras muy emotivas, pero también hay mucha fiesta e idas de olla, así que eso nos ha dado un abanico de posibilidades muy pero que muy jugosas para jugar.

¿En qué recintos soléis tocar?
Hemos tenido la gran suerte de poder girar por todo tipo de escenarios: teatros, muchísimas plazas de pueblo, festivales gigantes como WOMAD o Sonorama y otros más familiares, salas por todo el país…. Nos encantan todos, la verdad. Cada uno tiene su magia y hace que cada uno de los ciento cincuenta conciertos de la pasada gira haya sido especial.

¿La ciudad en la que tocáis os influye de alguna forma, o condiciona el show?
Totalmente. De una manera muy concreta, en algunos casos, porque intentamos introducir en el set alguna canción tradicional de la zona. A la gente siempre le llega a la patatita, y a nosotros nos hace aprovechar los kilómetros para descubrir los huequecitos del gigante y precioso folclore que tenemos en este país.

¿Cuál es vuestra rutina de carretera? Cómo viajáis, qué escucháis…
Vamos todos juntos en la furgoneta poniéndonos música que hemos descubierto esa semana, tocándole las narices al que va jugando a la Nintendo para que le adelanten en el Mario Kart o contándonos qué tal nos ha ido la semana. Para los viajes de vuelta tenemos una rutina fantástica para no quedarnos dormidos, que incluye fantasías que van desde el Caribe Mix —en todos sus volúmenes de cada año—, hasta los grandes hitos de la historia de la música como Wendy Sulca o Delfín Hasta el Fin; y por supuesto no falta la combinación perfecta entre System of a Down, Britney Spears y Bisbal.

¿Tenéis algún ritual o manía antes de salir a tocar?
Tratamos de estar muy concentrados, repasamos bien todo el set para estar bien metidos en todo lo que va a pasar en cada concierto y nos damos un abrazo antes de salir al escenario para sentir que salimos juntos física y actitudinalmente.

 

«Vamos a tener la oportunidad de ir a sitios que antes se nos hacían inalcanzables»

 

¿Qué es lo que no puede faltar en vuestro camerino?
Está feo porque vamos a quedar de gochos, pero vayamos donde vayamos, si podemos, damos un paseo antes por la ciudad o el pueblo donde tocamos por si cae algo típico de comida del lugar: zapatillas de Portillo en Valladolid, pastel de carne y paparajotes en Murcia, pan, mucho pan en Galicia… Es difícil contenerse.

¿Qué ambiente se respira en el backstage justo antes de un concierto?
Ganas, ganas, ganas, ganas y más ganas de salir a comernos el escenario. Siempre hay un momento de concentración para repasar el bolo, pero por lo general es una fiesta.

¿Y después?
Comentamos la jugada al buen estilo El larguero. Vemos qué ha ido mejor, qué podemos mejorar para el siguiente, nos reímos un poco de quien haya metido alguna gamba gorda…

¿Hay algún instrumento que llevéis siempre a todos los conciertos?
Nunca faltan nuestros panderos cuadrados, nuestro almirez querido que suena en “Ronda al canto” y “Aire”, y en esta gira hay un fichaje que ni Pau por los Lakers: una azada de trabajo de los hermanos Lekunberri para tocar, ni más ni menos, que la nana del disco, “Arrorró”, y que nos sirve también por si se nos queda encallada la furgo en algún camino.

¿Qué es lo más divertido o inesperado que os ha pasado en un escenario?
En un concierto en Lugo, a Nacho se le olvidó la primera estrofa de la primera canción, o sea, lo primero que suena en todo el concierto cuando entramos y ya todos estamos tocando como un tanque…; pero lo suplió con un «laralaralá» que se inventó in situ. Jamás hemos disimulado peor el morirnos de la risa.

¿Qué concierto propio no olvidaréis nunca y por qué?
El Tribu 2024, en la Plaza Mayor de Burgos. Primero, porque es jugar en casa, y eso siempre hace una ilusión tremenda, además nos acompañaron los majeras de Nøgen, que les queremos a dolor y nos lo pasamos increíble siempre con ellos. Y, sobre todo, porque ver que la Plaza Mayor de tu ciudad está literalmente abarrotada hasta atrás del todo, que no se veía el final del público, con todo el mundo a topísimo en cada canción, cantándolas y bailándolas con nosotros en tu propia ciudad, es una imagen que nos puso y nos pone la piel de gallina solo de pensarlo. Fue precioso, de lo más bonito que recordamos que nos haya pasado.

¿Con qué artista o grupo os gustaría salir de gira?
Admiramos a muchísima gente que está haciendo cosas increíbles ahora. Los conciertos que hacemos con Nøgen siempre molan demasiado, así que una girita entera no iba mal. Con Drexler tampoco estaría mal, para que nos lleve por todo el mundo y así poder escucharle en directo 32543928 veces seguidas, por favor.

Artículos relacionados