«Uno de los guitarristas más importantes de la historia del rock, un clásico absoluto, por más que su legado hoy siga siendo minusvalorado en muchos cenáculos»
El pasado miércoles, 11 de enero, fallecía de meningitis en un hospital de Sussex el músico británico. Ex miembro de los Yardbirds y considerado uno de los mejores guitarristas del mundo, dejó un legado de canciones y riffs memorables que, hoy, Luis Lapuente recuerda y celebra con estas palabras.
Texto: LUIS LAPUENTE.
Sin ninguna duda, Jeff Beck (1944-2023) fue uno de los guitarristas más importantes de la historia del rock, un clásico absoluto, por más que su legado hoy siga siendo minusvalorado en muchos cenáculos (igual que el de gigantes como Peter Green, Richard Thompson o Shuggie Otis), apenas reconocido por quienes le han seguido desde los lejanos tiempos de The Yardbirds, donde llenó el vacío dejado por la marcha de Eric Clapton. Muchos de los aficionados más atentos recordarán a Beck por los feedbacks y los riffs fantasmagóricos de la gloriosa “Shapes of things”, una de las piezas maestras del rock británico de todos los tiempos. Otros se aferrarán a singles primerizos y memorables como “Beck’s bolero” (1967), deliciosa recreación del Bolero de Ravel, o a sus dos primeros álbumes en solitario, Truth (1968) y Beck-Ola (1969), soberbias colecciones de rock sin aderezos que alfombraron el camino de Led Zeppelin y muchos otros, donde le acompañaron figuras como Rod Stewart, Ron Wood, Jimmy Page, John Paul Jones, Keith Moon o el incombustible Nicky Hopkins.
Aunque probablemente inferior a Truth, y relegado a un papel segundón en la historia después de los álbumes coetáneos de Led Zeppelin, el segundo trabajo de Jeff Beck en solitario aún atesora suficientes momentos memorables como para merecer una penúltima revisión, especialmente esa gloriosa descarga de adrenalina a ritmo de blues-rock titulada “Plynth (water down the drain)”, el espejo en que deberían mirarse todas las nuevas generaciones de guitarristas (¡y de cantantes!) con ganas de descifrar los misterios del rock. Después de aquellas experiencias, el guitarrista intentó con desigual fortuna revivir la experiencia de Cream, al frente del Jeff Beck Group, o del trío de rock duro Beck, Boggert & Appice.
En 1975 recuperó el resuello con el elepé Blow by blow (y el posterior Wired), una extraordinaria colección de jazz rock instrumental, arreglada y producida por George Martin, probablemente el gran álbum de su carrera junto a los dos citados y uno de los discos más apreciados por los devotos de las guitarras, que encuentran en él al Jeff Beck más contenido y depurado, el virtuoso paisajista de “Freeway jam” y el bluesman introspectivo de “Cause we’ve ended as lovers”, el guitar hero imparable de “You know what I mean” y el solista elegante de “Constipated duck”.
Beck tocó todos los palos, desde el blues hasta el heavy y el jazz rock de fusión, experimentó con numerosos aparatos electrónicos para sacarle todo el jugo al sonido de su guitarra, colaboró con todos los artistas importantes de su tiempo, grabó algunos directos excitantes e incluso visitó nuestros escenarios: en 2007 actuó en el Festival Via Jazz (Collado Villalba, Madrid) en un memorable programa doble con Al Green. En abril de 2020 grabó su último single, una versión del clásico de John Lennon “Isolation”, secundado por el actor Johnny Depp, con quien publicó un álbum llamado 18 el año pasado. Jeff Beck, el más grande guitarrista de su generación (con Jimi Hendrix), murió el 11 de enero de 2023 en un hospital del condado británico de Sussex, a causa de una meningitis bacteriana fulminante.