COMBUSTIONES
«Cincuenta años de carrera y abandonados por una industria comatosa, que está para los pelotazos y muy poquito más»
La reciente campaña de crowdfunding para que Pablo Guerrero grabe su último disco lleva a Julio Valdeón a reflexionar sobre nuestra industria musical, a menudo ingrata con grandes figuras de la canción.
Una sección de JULIO VALDEÓN.
Mucho se ha escrito sobre El madrileño, el disco de C. Tangana. Hablamos menos de lo que sucede con artistas como Pablo Guerrero, cincuenta años de carrera y abandonados por una industria comatosa, que está para los pelotazos y muy poquito más. Resulta que el cantautor planea grabar su última obra, titulada …Y volvimos a abrazarnos (Duetos inesperados). Un disco en el que le acompañarán José María Guzmán, Quique González, Rozalén, Cristina Narea, Olga Román, Depedro y otras luminarias. Lo grabará este verano y lo producirá Luis Mendo. Pero, para lograrlo, su disquera ha recurrido a una campaña de crowdfunding. Bienvenidos a España, año 2021, paraíso pronosticado hace años por los defensores del gratis total.
Al final surgieron cositas que no preveíamos, como las plataformas tipo Spotify. Antes hubo tiempo para que el cambio de paradigma, eufemismo con el que los listos bautizaron la acción combinada de decenas de miles de ladrones, acabase con las pequeñas y medianas empresas. Como nadie pagaba porque la cultura es de todos y había que liquidar a los intermediarios, apenas sí sobrevivieron cuatro o cinco majors. La crisis obligó a pilotar fusiones. La inmensa mayoría de los poetas acabaron condenados a la intemperie. Como siempre, vamos, pero sin posibilidad de autoengañarse.
Al otro lado del telón restan cuatro privilegiados, propulsados por atronadoras campañas de marketing y otros debates extramusicales. Lo que tiene una mala digestión es la presión ambiente, unánime, que convierte en sospechosa cualquier crítica, cualquier adversaria, la más leve desafección. Casi pareces obligado a dar loas a un disco, no sea que te acusen de viejuno o reaccionario si no aceptas que el último jitazo de laboratorio es la respuesta española a Kendrick Lamar o Fiona Apple, lo más grande que le ha pasado a la música desde que Public Enemy publicó It takes a nation of millions to hold us back y Camarón La leyenda del tiempo. Cada uno con sus gustos, sus filias, sus pasiones, sus fobias y, a lo sumo, que trate de razonar sus elecciones como mejor sepa y pueda. Yo con lo nuevo del maestro Pablo Guerrero, con La Bien Querida, los Black Lips, Los Enemigos y Soleá Morente, y los fans de C. Tangana con su disco. Y todos contentos.
Puedes apoyar el próximo disco de Pablo Guerrero aquí.
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Anterior entrega de Combustiones: La hermosa carnicería de Nick Cave y Warren Ellis.