LIBROS
«Un estupendo constructor de historias, sobre todo en el manejo del ritmo y la estructura»
Amyas Northcote
En compañía de fantasmas
DIÁBOLO EDITORIAL, 2020
Texto: CÉSAR PRIETO.
Quienes somos devotos de los buenos relatos de fantasmas no podemos dejar de saludar con albricias la feliz iniciativa de Ediciones Diábolo: rescatar del olvido autores anglosajones del género que han sido poco atendidos en España o simplemente no han sido traducidos. Que escritores que a duras penas estaban presentes en alguna antología, también de difícil acceso, aparezcan aquí con un buen muestrario de su obra, debe llevar al aficionado a relamerse.
El que presentan como primer número de la colección es realmente de un escritor olvidado, y de obra escasa. Los catorce cuentos que recoge el volumen es todo lo que Amyas Northcote publicó en 1921, la primera edición en inglés, que no fue rescatada hasta 2010; extrañamente, porque Northcote es un estupendo constructor de historias, sobre todo en el manejo del ritmo y la estructura.
A principios del siglo XX, el cuento de fantasmas ya había olvidado los páramos y castillos de la novela gótica y lo siniestro de la época victoriana. Northcote pertenece a una nueva generación que escribía en revistas de tono más realista y urbano. Las calles de la city son así el marco de muchos de los cuentos; despachos comerciales y edificios de viviendas, sus núcleos. No desdeña acudir a ambientes rurales si el relato lo necesita, pero la campiña inglesa está observada desde el foco del hombre moderno de entreguerras, sin grandilocuencia.
Y, sobre todo, la figura del fantasma empieza a desaparecer. No hay fantasmas, hay percepciones a las que no se les da una explicación ni racional ni sobrenatural. Una voz, una presencia entre sueños, son focos de hechos extraños, pero únicamente son percibidas por los protagonistas, alterados o medio en vela. Nadie atestigua el leve episodio, simplemente pasa.
En este sentido es magistral —y aterrador— “La casa en el bosque”, con su momento de ingenua desesperación; un bosque que es el contrapunto a la ciudad y que se vuelve enormemente lírico en el cuento “En los bosques”, que se desmarca un tanto del tono general, más sobrio, igual que se desmarca “El señor Oliver Carmichael”, el más cercano a Poe, salvando las distancias.
En todo caso, hay relatos fascinantes: “Brickett Bottom” tensa los nervios, “La joven dama de negro” resulta románticamente fascinante y “La historia de la institutriz” está reclamando una película. Bien medidos, con su justo ritmo —esencial en el género y llenos de fascinación—, si los cuentos que Diábolo empieza a publicar son de la textura de estos, tenemos goce garantizado durante años.
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Anterior crítica de libros: Sobre la marcha vol. 1, de Javier García Pelayo.