DISCOS
«Su segundo álbum continúa la senda de mezclar las raíces de la música gallega con la electrónica»
Baiuca
Embruxo
RASO ESTUDIO, 2021
Texto: XAVIER VALIÑO.
Cuando hace tres años se editó Solpor, además de convertirse en una de las sorpresas de 2018, hubo cierto interés por saber quién se escondía detrás de un proyecto que entonces parecía anónimo. Ahora, Alejando Guillán ya no se esconde, una vez que se ha prestado más atención a la música que al autor, e incluso ha conseguido que se olvide su primera aventura como Álex Casanova y su disco Antagonasia (2014).
El segundo álbum de su proyecto, Baiuca, continúa la senda de mezclar las raíces de la música gallega con la electrónica. No obstante, hay aquí menos sonidos sintetizados y menos sampleados, mucha percusión tradicional registrada junto a Xosé Lois Romero, un cierto acercamiento al Magreb, casi imperceptible, y una mayor presencia de las voces como la de Rodrigo Cuevas y, en especial, el tono más tribal, puro y embrujador de Lilaina, presente en cinco temas, entre ellos el portentoso “Lavandeira”.
–
Anterior crítica de discos: ¡Pan, pan, pan!, de El Buen Hijo.