El vaivén de las olas. Lo mejor de 2000-2019, de Javier Ojeda

Autor:

DISCOS

«Una antología de altos vuelos»

 

Javier Ojeda
El vaivén de las olas. Lo mejor de 2000-2019
¡JO!, 2019

 

Texto: LUIS LAPUENTE.

 

Hay músicos, cantantes, grupos, eternamente reivindicados por la crítica más ilustrada, quien sabe por qué oscuras o no tan oscuras razones, y otros a quienes les cuesta un mundo asomar la cabeza en las revistas especializadas del ramo, como si se diera por sentado que permanecen anclados en otra época, carne de nostalgia, alimento para espectadores de fiestas patronales y festivales de cincuentones sin pedigrí. No ocurre lo mismo en países de tradición musical mejor amueblada, donde saben apreciar como se debe a sus artistas, rastrear sus producciones menos conocidas, seguir su carrera cuando parecen volverse invisibles y situarles en el lugar que merece en el escalafón de la historia. En cualquiera de esos países, Javier Ojeda sería postulado sin duda como uno de los grandes, por su legado musical, por su éxito popular, por su envidiable capacidad de trabajo (nuestro soul brother number one), por su garganta privilegiada, por su empecinamiento en luchar contra corriente y en explorar siempre nuevas vías de comunicación y de expresión.

Desde su debut a principios de los años ochenta y sus colosales exitazos al frente de Danza Invisible con “Sabor de amor”, “Reina del Caribe” y “A este lado de la carretera” hasta su último trabajo original con el grupo, el soberbio Tía Lucía (2010), pasando por sus discos en solitario, como el espléndido Barrio de La Paz Acto 1 (2014), sus libros enciclopédicos (Una historia del pop malagueño 1960-2009, editado por el Ayuntamiento de Málaga) y sus numerosas aventuras paralelas (actor de cine, coordinador del espectáculo Torremolinos Funky Town, promotor del festival Costa del Soul), Ojeda nunca ha dejado de acumular méritos como uno de los más importantes devotos del pop y la buena música negra de nuestra escena.

Por eso hay que celebrar como se merece la edición de este doble cedé de título revelador, donde el cantante alterna originales publicados en solitario o con Danza Invisible, colaboraciones con otros artistas de su cuerda y pequeñas muestras de sus portentosos directos: aquí es obligado recalcar que Javier Ojeda es uno de los pocos vocalistas españoles capaces de hacer honor a su amor por el soul, esa música donde no caben medias verdades ni chaqueteos, y mucho menos frente al público. Una antología, pues, de altos vuelos, centrada solo en su producción de las dos últimas décadas, donde no faltan rarezas, remezclas no editadas hasta ahora, alguna pieza inédita y un puñado de guiños a los buenos degustadores de la mejor música negra, como la sensacional “Bautízame en champán”, una versión tremenda del tema de Screamin’ Jay Hawkins “Baptize me in wine”. No se lo pierdan, no dejen que nadie les dicte lo que procede y disfruten con estas perlas cultivadas del gran Javier Ojeda.

Anterior crítica de discos: Dramas del primer mundo, de Capitán Sunrise.

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