“El último día de nuestras vidas”, de Dani Martín

Autor:

EL MIÉRCOLES, CANCIÓN

El eufórico y vitalista regreso de Dani Martín, “El último día de nuestras vidas”, se convierte en nuestra favorita esta semana en El miércoles, canción. Por Arancha Moreno.

 

Texto: ARANCHA MORENO.
Foto: BEGO MARTÍN.

 

El disfrute de la vida retirada y la invitación a devorar la juventud. El beatus ille y el carpe diem. Dos cosas que le debemos al poeta Horacio, que espolvoreó en sus versos hace más de dos mil años y que, en estos días de 2024, se aproximan más a la mirada de Dani Martín que cualquier Inteligencia Artificial o tiktoker de moda. Porque las dos están en su potentísimo nuevo single, “El último día de nuestras vidas”. Un eufórico regreso tras un periodo alejado de los focos y un decidido «disfrutad de la vida, cabrones» que nos levanta de la silla a guitarrazo limpio, mental, vocal y físico.

Llevamos un par de años echando en falta a Dani Martín. Se despidió temporalmente de los escenarios en diciembre de 2022, tal vez para alejarse del frenetismo diario o porque quería «un poquito de normalidad». Quizá necesitaba salir de escena y pasar un tiempo consigo mismo, sin más. Solo él sabe cuántos haces de luz le han cegado en los últimos 25 años y cómo hemos desdibujado su retrato. Los propios medios corrimos a cargarle de razón, buscando la carnaza del clickbait cuando anunció su descanso y lo vincularon a su salud mental. Definitivamente, lo más sano que podía hacer era darnos esquinazo por un rato. Descansar, vivir, crear sin que le demos la matraca. Y en eso anduvo, manejando sus días a otra velocidad y componiendo canciones mientras conectaba consigo mismo, con el hijo de Manolo y Carmen.

En 2023 solo le vimos conduciendo El camino, esa serie documental que emitió Movistar en la que dedicó ocho capítulos a conocer las intrahistorias de músicos de toda condición, desde Christina Rosenvinge hasta Nach o Sara Socas. A principios de este año, volvió por sorpresa con una nueva canción, titulada “Ester Expósito” y recibida con comentarios de todo pelaje. Pero, afortunadamente, Dani Martín nunca ha perdido esa libertad que nos empeñamos en cuestionar y tampoco su finísimo sentido del humor. De ahí que, días antes de publicar “El último día de nuestras vidas”, lanzase este envidiable zasca a modo de cortometraje.

Así volvió: respondiendo con ficción a la ficción mediática. Recordando los tiempos de camisa de fuerza de El Canto del Loco y recurriendo a todos los «tarados» que se encontró por el camino, de Coque Malla a Jorge Ilegal, de Iván Ferreiro a Blanca Portillo, de Manuel Jabois al mismísimo Loquillo. Vaya joyita de sketch y de conjuro burlón con el que nos preparó para «El último día de nuestras vidas», en la que regresa con más hambre de vida que un futbolista sediento de gol calentando en la banda.

Mientras Homero se entregaba al vino y a los placeres de la carne en la Antigua Roma, Martín se baña en champán y conduce un Porsche por las Barbados. Su chulería de siempre, su particular pedigrí. El imaginario, en realidad, no es más que eso: un escenario que nos permita soñar y nos dé alas, una forma de empujarnos a disfrutar de la vida, a recordarnos que, estemos donde estemos, estamos vivos y el mundo es nuestro.

Nos mira de frente, hablándonos de tú a tú con una interpretación que baja al subsuelo antes de explotar en cada estribillo. Surfeando entre el punk y el rock como sus queridos Green Day, subido a la ola junto a su colega Paco Salazar, socio compositivo y productor de una pieza que ya le quemaba en las manos. Tres minutos en los que las escenas pasan de un fotograma a otro con el ritmo adecuado, jugando con sintes, coros, dinámicas… y priorizando el mensaje. Porque la música desaparece cuando la voz requiere toda la atención, pero después vuelve a aliarse con ella contagiándose mutuamente adrenalina y fuerza, abriéndonos la puerta de ese 911 con el que busca comerse el mundo.

«No está de más recordar que nuestra vida se construye por todo lo vivido y que no saltarse el camino es de valientes. Me gusta esta vida, con todo. Quiero vivir cada día como si fuera el último. Amanece y hago de cada momento el último que fuera a vivir. ¿Y si hoy es el último día de nuestras vidas?», se pregunta Dani al presentar su nueva canción. Un tema que ve la luz coincidiendo con el anuncio de sus dos últimas fechas en el WiZink Center, completando y agotando los diez únicos conciertos que dará dentro de un año. Para entonces le imaginamos como le oímos en esta canción, igual que luce en la portada del single: al rojo vivo, rabiando de ganas.

Además de esta, hay otro puñado de canciones bonitas y emocionantes que han visto la luz en los últimos siete días. Entre ellas, la bellísima “C/Viejos” de María Yfeu, o el “Entre las nubes” de Hipergéminis. Ojo también a ese otro apartado, cada vez más numeroso y nutrido, de canciones al alimón: atentos a lo que hace Amparo Sánchez con Willy Fuego y Raly Barrionuevo en “Pa’ llegar a tu lado”, a Copiloto y Dúo Yxeya en “Ser un libro abierto”, a Pink Flamingos & The Cherry Lovers en “Right time, rigth place” o al vis a vis de Vicente Calderón y Niña Polaca en “El himno de las flores”. Pero, sobre todo, qué bonito les ha quedado a Guada e Ismael Serrano su “Historia compartida”. Todas ellas, y algunas más, en nuestra playlist de la semana.

Anterior entrega de El miércoles, canción: “Ahora o nunca”, de La Casa Azul y Soleá Morente.

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