Una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) prohíbe que las operadoras de telecomunicaciones filtren Internet para evitar las descargas ilegales. Según el Tribunal, este procedimiento vulnera los derechos de los clientes de las operadoras, tanto la protección de sus datos como la libre emisión y recepción de comunicaciones, al tiempo que viola la libertad de prensa.
La sentencia del TJUE llega como consecuencia del recurso presentado por la compañía belga Scarlet, que fue obligada por un tribunal de su país a filtrar las comunicaciones de sus clientes debido a una demanda presentada por la sociedad de gestión de derechos de autor Sabam. Esta alegaba que los clientes de Scarlet descargaban contenidos protegidos de forma ilegal.