El show continúa: Orquesta Mondragón. La importancia de llamarse Javier

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Éxito de La Orquesta Mondragón en su «rentrée». Lleno en el madrileño Teatro de La Latina para presentar su nuevo disco, ‘El maquinista de la general’. Generoso en energía y repertorio, Javier Gurruchaga arrancó al público continuos aplausos y dobló el tiempo previsto de concierto. Hubo colaboraciones destacadas sobre las tablas como el apoyo en los coros de Jose María Guzmán, y muchas caras conocidas en el patio de butacas. Chema Domínguez, se coló en el ensayo y nos cuenta el concierto «desde dentro».

Una sección de CHEMA DOMÍNGUEZ.
Fotos: SON URBINA.

Desde el ensayo, Javier Gurruchaga indicaba a los suyos que vibraran con cada tema, dándoles la receta adecuada para hacer gozar al público. Esto ha sido una constante en la trayectoria de la Orquesta Mondragón desde 1976, nadie puede negarles su honradez y acierto en cada directo. A las maletas, reloj de estación, baúles, armario de viaje, sillones y taburete de vagón-restaurante donde Javier se sentaba en los momentos más íntimos del show, se sumaba la pantalla donde iban apareciendo sucesivamente «Los olvidados», Buster Keaton, Fred Astaire y diversas caricaturas e imágenes. Es la escenografía ideal para el homenaje que Javier rinde al mundo de los trenes, su simbología y a Vicente Gurruchaga, su padre, quien «subió a su último tren durante el proceso creativo de ‘El maquinista de la general'», como anota el propio Javier.

Aun sentado en cómodas butacas, el público respondió con rítmicos y apasionados movimientos desde el principio a las perfectas señales de comunicación de la Mondragón. Así es normal que se fueran poblando los márgenes del patio de butacas para dar rienda suelta al cuerpo. Muchas camisetas de Barricada, AC/DC o Elvis, enfundadas en jóvenes espectadores, quedaron sorprendidas del rhythm and blues y el rock desplegado en los primeros temas de la noche: ‘El maquinista de la general’ y la trepidante versión de ‘Noko’, de Molotov, ambas incluidas en el nuevo cedé del grupo. Al llegar el primer clásico, ‘Garras humanas’, se sumaron los seguidores de largo recorrido, y si el concierto estaba cifrado en noventa minutos, alcanzó las tres horas. No me extraña que el propio Segura se fuera con su cámara a pie de escenario a inmortalizar el momento. Gurruchaga se lo creía y nos hizo creer a todos la valía de aunar rock, teatro, pop y cabaret. Por cierto, aprovecho para agradecer a Santiago Segura que me permitiera abordarle. Se declaró admirador de La Orquesta Mondragón desde ‘Muñeca hinchable’ y estar de suerte al poder seguir a un grupo que «te gusta desde el principio». Eso sí, me acusó de retorcido al preguntarle por diferencias entre las excentricidades de Torrente y La Mondragón.

Sabina, autor de letras y coautor de música para la Orquesta Mondragón, fue uno de los más citados por Gurruchaga junto a anécdotas de ambos en la Joy a finales de los 80. Anécdotas que formaron un aclamado prólogo para desembocar en el clímax de ‘Lolita’ (excelentemente acompañado), ‘Corazón de neón’ u ‘Olvídate de mi’, ¡qué grandes! Eduardo Haro Ibars fue otro de los recordados y merecidamente ensalzados, innovador y arriesgado poeta, novelista y letrista, entre otros, para la Mondragón. Haro Ibars fue el detonador de excelentes canciones para su estreno discográfico con «Muñeca hinchable» (1979).

Como en las mejores orquestas, la Mondragón ensalzó con maestría varias versiones que son afluentes de su identidad sonora e ideológica. ‘Imagine’ de Lennon y ‘That’s all right, Mama’ de Elvis Presley, «El Rey de siempre», como dijo Javier con acierto y socarronería republicana fueron las mejores o, al menos, eso creo.

La influencia de México y los autores del país hermano que han colaborado en esta nueva etapa, aciertan con ‘Pasó cerca la bala’ o ‘Metro Balderas’, la alternancia con ‘Caperucita feroz’ y el aclamadísimo ‘Viaje con nosotros’ (esta es una de esas con el ingrediente secreto de la eternidad más divertida), consiguieron que el propio Javier perdiera la noción del tiempo en favor de la inconsciencia del entusiasmo. Como todos los que estábamos ahí.

Los músicos que conforman la actual Mondragón se dejaron calar por el gran artista y creador que es Javier Gurruchaga, subrayando sus mejores cualidades, y llenando con acierto el momentáneo vacío que necesitaba para cambios de vestuario y tomas de aire. Michell McCain bordó ‘Purple rain’ de Prince, luego, Juan Calleja, guitarra en mano, forzó la máquina como cantaba Gato Pérez y extrajo la mejor energía de una banda que promete y cumple. Mientras, el actor Javier Aller, sustituyendo a Popotxo Ayestarán, presentó su candidatura para la gira con gran solvencia cómica. Cada pieza fija o invitada a este estreno dio más de lo que se le pedía, cada uno merece un párrafo aparte. Músicos, actores y bailarines (sensualidad y músculo a partes iguales) se lo pasaron bien, nosotros mejor. Igual que todo el personal involucrado en la producción del espectáculo que participó del nerviosismo porque todo saliera bien y facilitando las cosas al público que ocupó al completo las más de 900 butacas disponibles y a los periodistas que allí nos encontramos.

Y todo lanzamiento en disco y directo tiene un tema estrella, un sencillo que se extrae sobre los demás. ‘¿Por qué no te callas?’ es el elegido. Siendo brillante sin ser la mejor de la Mondragón, deseo escucharla hasta el agotamiento y que devuelva a Javier y los suyos a la popularidad más absoluta. Y es que mucho del ‘otro rey’, como le citó Javier, cansa, pero un poco del Gurruchaga agrada, y mucho.

EN EL CAMERINO (o no tanto)

Debido al desgaste a causa del concierto que hubo para ambas partes, charlamos con Javier al día siguiente para recabar sus sensaciones y hablar un poquito de la Mondragón, México y Madrid.

¿Satisfecho con el concierto y la respuesta del público?
Estábamos a gusto, hubo muy buena acústica. Todo ayudó: la escenografía, la química con el público, el ambiente en el escenario y los camerinos… Todo. Lo normal es que estemos dos horas máximo, cuando me han dicho que hemos alcanzado las tres no era consciente. Lo hemos grabado, a ver qué sale de ahí.

¿Qué artista te ha emocionado más en vivo?
Ufff, Mick Jagger y Frank Sinatra, te los digo en orden cronológico. Por algo son grandes, ¿no?. También Serrat y, por supuesto, Sabina. Tete Montoliu también.

Todo volvió a comenzar en México con un recopilatorio «El despertar del lobo» (2008). ¿Por qué México?
Estuve haciendo más teatro y cine durante un tiempo y quería cambiar de aires. México es contradictorio y rico, romántico, mezcla de ficción y realidad, muy conectado con nuestra cultura, estimulante, ideal para dar con material refrescante en todos los terrenos.

De los letristas  que ha tenido la Orquesta Mondragón, ¿con cual sientes que hayas hecho mejor tándem?
Eduardo Haro Ibars, en la primera época para marcar el estilo humoristico de la Orquesta. Luego, quien mejor ha sabido enganchar ese estilo son Moncho Alpuente y, sobre todo, Sabina, que hizo canciones a medida, fantásticas, es un gran artesano.

«La Universidad de California tumba a Almodóvar en el diván» decía un titular de «El País». ¿Dónde crees que te tumbarían si escucharan ‘Garras humanans’, ‘Muñeca Hinchable’, ‘Akelarre’, etc…?
En un diván parecido, sin duda. Para la sociedad en la que estamos, algo neuróticos seremos…

En enero se cumplieron 25 años de la muerte de Enrique Tierno Galván, ¿echas de menos aquel Madrid?
Coincidió su alcaldía con nuestro momento más popular. El carácter participativo de la calle en la cultura y la cultura en la calle es lo que más recuerdo. Era un Madrid más abierto, la ciudad y su gente. Madrid ahora no está mal pero somos más egoistas, cada uno va por su cuenta, todo es de puertas para dentro. Hay más monumentos y menos participación.

COORDENADAS:
Artista: Orquesta Mondragón.
Fecha: Viernes, 29 abril.
Hora: 21 h.
Lugar: Teatro La Latina.
Precios:  25€ Patio de butacas.
20€ Club.
15€ Anfiteatro.
Ocupación: Lleno.
Producción: El Cuarto Hombre.
Sello discográfico: Avispa.
Agencia publicidad: Publiescena.

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