“La vida de un músico famoso, si está bien narrada y empaquetada con gusto, vale millonadas. Literalmente”, asegura Diego A. Manrique en un artículo publicado en “El País”. Tras el multimillonario éxito de las memorias de Keith Richards, que “ha vendido bastantes más copias que el total de los álbumes en solitario lanzados por el guitarrista de los Rolling Stones”, están al caer las de Yoko Ono, Paul Anka, Jerry Lee Lewis, Carly Simon, Kris Kristofferson, Graham Nash o Robbie Robertson, Neil Young y Pete Townshend.
“Más allá de los ingresos que proporcione un best-seller, para los músicos se trata de presentar su mejor perfil”. Hay que dejar a la posteridad la “verdad oficial”. Aunque “Para algunos, la experiencia introspectiva de escribir resulta devastadora: una vez terminada su autobiografía, Billy Joel cambió de opinión, se guardó el manuscrito y devolvió el adelanto”.
Pero no son los los músicos los que cuentan sus vidas en un libro, hoy “Todo vale: músicos acompañantes, promotores de conciertos, empleados de discográficas y, desde luego, novias o esposas. Se trata de un mercado tan robusto que empiezan a proliferar las biografías de periodistas musicales o incluso de medios”. Lo importante es “que cuenten historias fuertes”.
Desde aquí puedes acceder al artículo de Diego A. Manrique “El rock hace memoria… y caja”.