Partiendo de un encuentro entre Jerry Leiber, Mike Stoller y Rick Rubin y un artículo de Sasha Frere-Jones –en el que se lamenta de la actual separación entre la música negra y el rock blanco en Estados Unidos, motivada por la desaparación “del sentido de descubrimiento personal”, los problemas judiciales del sampleado y la falta de libertad que dicen padecer muchos músicos negros– Diego A. Manrique, en su artículo “El rock descafeinado” publicado en El País, se pregunta, comparando los resultados que esa situación produce en Estados Unidos, con la “prodigiosa incultura musical” de España, si eso es malo.