Diego A. Manrique, en su columna de “El País”, nos cuenta las tribulaciones de sus amigos israelíes ante las visitas de músicos internacionales. Algunos de ellos –como Elvis Costello– promovieron un boicot por la matanza de la Flotilla de la Libertad. Recientemente, Bob Dylan actuó en Tel Aviv, produciendo desconcierto en los que “Esperaban algún mensaje, alguna consigna … Pero les tocó el Dylan antipático. Ni un saludo ni un guiño a los 25.000 seguidores que pagaron una pasta por verle”. “Hay algo reconfortante en enterarse de que, incluso en la Tierra Prometida, Bob Dylan desprecia las expectativas del respetable”, dice Manrique. Y concluye: “Mis amigos israelíes suspiran por artistas más corrosivos … Lo que ellos están esperando es que vuelva el principal grupo rapero de origen judío, los gamberros Beastie Boys”.
Desde aquí puedes acceder al artículo de Diego A. Marique “El próximo año en Jerusalén”.