COWBOY DE CIUDAD
«Estos diez años de vivencias, sentimientos y reflexiones la han animado a cambiar los sonidos del bluegrass por los aires del country tradicional»
Entre hogares y clubes: así fue moldeando su carrera Alecia Nugent a principios de siglo. Tras diez años de silencio, vuelve a la industria con un espléndido disco con aroma country titulado The old side of town. Por Javier Márquez Sánchez.
Una sección de JAVIER MÁRQUEZ SÁNCHEZ.
Alecia Nugent era una joven aspirante a compositora y músico cuando decidió dejar su tierra natal en Hickory Grove, Louisiana, para perseguir el sueño del éxito en la capital de la música country. Allí en Nashville, mientras daba a conocer su música por las noches en el circuito de micros abiertos, se ganaba el sustento durante el día como asistenta del hogar en casa, nada menos, que del cantante y compositor Tom T. Hall. Al final, con esfuerzo y mucho talento, Nugent consiguió convertirse en uno de los nombres más prometedores del bluegrass del nuevo milenio con un trío de excelentes álbumes publicados con Rounder Records entre 2004 y 2009. Sin embargo, tras su divorcio a finales de esa década, decidió primar su vida personal sobre la profesional, y regresó a Louisiana para cuidar de sus padres, enfermos, y criar a sus hijas.
«El gusto por el bluegrass y su experiencia en ese terreno se evidencian en el cuidado ropaje de cada tema»
Una década después, Alecia Nugent regresa a la arena musical con The old side of town, una propuesta solvente y rotunda y un ligero cambio de rumbo: estos diez años de vivencias, sentimientos y reflexiones la han animado a cambiar los sonidos del bluegrass por los aires del country tradicional. Con ello, Nugent ha conseguido pulir el punto débil que tenían sus discos anteriores: eran musicalmente perfectos, pero les faltaba corazón, hondura; esa cosa tan fundamental en la música country: la verdad. Y en este nuevo disco la encontramos, doliente, por todos los rincones.
Para concretar las coordenadas que buscaba ha sido todo un acierto contar en este trabajo con el veterano productor Keith Stegall (puntal de las carreras de grandes estrellas del country neotradicial como Alan Jackson o el sacrosanto George Jones). La primera sabia decisión de Stegall fue rodear a Nugent de un elenco de autores y coautores que van desde Erin Enderlin o Carl Jackson a Larry Cordle y Brandy Clark, con los que propia Nugent firma la mitad de los temas. Y por supuesto, también está ahí el antiguo «jefe» de Nugent, el gran Tom T. Hall, de quien la artista logra ofrecer una más que memorable versión de su clásico “The old side of town” (Hillbilly Goddess Music), que da título a este disco de regreso.
Según ha explicado la cantante, ese tema principal no solo es solo un homenaje a Hall y a su esposa, Dixie, que la apoyaron en sus comienzos, sino también un tributo al sonido más tradicional de la música de Nashville. El gusto por el bluegrass y su experiencia en ese terreno se evidencian en el cuidado ropaje de cada tema, con un protagonismo destacado del fiddle y la steel guitar que resulta muy de agradecer. En perfecta complicidad con el armazón instrumental, otro de los puntales de este disco es la fascinante voz de Nugent, una destilación perfecta de las gargantas de Rhonda Vincent y Lee Ann Womack, lo que es hablar de algo serio. El tercer contrafuerte es la selección de las piezas, todas de gran calidad y autoría, como ya hemos señalado, moviéndose ente la nostalgia familiar (“They don’t make’em like my daddy anymore”, el corte más bluegrass del conjunto), las confesiones desgarradoras (“Way too young for wings”, de lo mejor del disco), el intimismo más doloroso (“The other woman”) o el sarcasmo más afilado (“Too bad you’re no good”).
Con más de setenta apariciones en el escenario del Grand Ole Opry y una buena cantidad de comentarios entregados de la flor y nata de la Country Music City tras escuchar este disco, todos son buenos augurios para Alecia Nugent. Y desde luego todos son buenos momentos, escuchando su disco, para los amantes del country tradicional. Que aparezca en la portada sosteniendo un álbum del legendario Don Williams hace que sintamos aún más cariño por ella.
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