“Confirma las buenas expectativas alumbradas tras sus conciertos del último verano”
La quinta colección de canciones de Franz Ferdinand acaban de salir del horno de Domino y Music As Usual. A ellas se acerca Carlos Pérez de Ziriza, que analiza el buen estado de la banda escocesa, grabado entre el RAK Studios de Londres y el Motorbass Studio de París.
Franz Ferdinand
“Always ascending”
DOMINO/MUSIC AS USUAL
Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.
Dicen que el diablo sabe más por viejo que por diablo, y pocas veces ha sido más conveniente rescatar el manido adagio que cuando nos ha tocado enfrentarnos al trabajo de Franz Ferdinand. Con las virtudes de la banda otra vez en perfecto estado de revista con este quinto álbum, catorce años después de su primera entrega larga, es obligado reincidir en esa idea. La ruidosa irrupción del pop bailable de guitarras y la recuperación de las síncopas del post punk más rítmico a mitad de los 2000 no se entendería sin su aportación.
Pero, a diferencia de la gran mayoría de compañeros generacionales, su marca aún luce vigencia: recordemos que los cuatro integrantes de la formación original rondaban ya la treintena cuando debutaron con “Franz Ferdinand” (2004), se sacaron de la manga uno de los himnos de la década (‘Take me out’) y lucieron un estudiado aspecto visual que hermanaban con un inteligentísimo filtrado de nutrientes (Gang Of Four, Josef K, The Monochrome Set, XTC). En esencia, Franz Ferdinand nunca fueron novatos. Ni cuando empezaban a hacerse notar. Llevaban años picando piedra.
“Always ascending” confirma, pues, las buenas expectativas alumbradas tras sus conciertos del último verano, como el que dieron en el Low Festival de Benidorm (la última vez que tuvimos ocasión de verles en directo). Por su hábil aprovechamiento de tramas electrónicas, es este el disco que debían haber despachado en lugar del alicaído “Tonight” (2009). Y es también la constatación de que la marcha del guitarrista Nick McCartthy ha sido aprobada con nota y muy bien suplida por los conocimientos del teclista y programador Julian Corrie y cubierta en directo de forma muy competente por el también recién incorporado guitarrista Dino Bardot (ambos surgidos de la inagotable cantera escocesa).
Súmenle a ello el saludable y rejuvenecedor (paradójicamente, si tenemos en cuenta la edad de sus compañeros) chute de jovialidad que supuso para ellos su alianza con Sparks en aquel estupendo “FFS” (Domino, 2015) y, sobre todo, la producción que ha pulido ahora el experimentado Philipe Zdar (mitad de Cassius y aliado ocasional de Phoenix), y obtendrán como resultado una extraordinaria operación de lifting sonoro, en la que Alex Kapranos y compañía amplían su radio de intereses sin renunciar a sus señas de identidad. Y, lo que es más tremendo aún, sin necesidad de expedir hits instantáneos. Siempre fueron los más listos de la clase.