«El suntuoso catálogo reúne todo el material fotográfico expuesto y aquello que complementa la muestra y que, amén de unas reproducciones absolutamente MA-RA-VI-LLO-SAS cuenta con unas magníficas notas introductorias a cargo de Jon Savage el reputado escritor y periodista musical»
En Londres, la exposición «Beatles to Bowie. The 60s exposed» recoge trabajos fotográficos de las principales estrellas pop y de los mejores retratistas del Swinging London. Javier de Castro la visitó y nos acerca a ella.
Texto: JAVIER DE CASTRO.
«Beatles to Bowie. The 60s exposed» es el título de la magnífica exposición fotográfica que la Nacional Portrait Gallery de Londres inauguró el pasado 15 de octubre de 2009 y que permanecerá abierta hasta el próximo 24 de enero de 2010. La muestra, la mayor exhibición realizada hasta la fecha desde la perspectiva de los fotógrafos más conocidos que trabajaron en Londres durante la década dorada de los años 60, explora a las principales personalidades de la música pop que ayudaron a crear el llamado Swinging London. Varios centenares de fotografías, junto con una atractiva gama de recuerdos tangibles, ilustran la enorme proyección que tuvieron tanto la imagen como la música de dichas «pop stars» hasta acabar convirtiéndolas en los principales iconos de su tiempo tanto para aquella generación que vivió la época en primera persona como también para todos aquellos de generaciones posteriores que seguimos idolatrándolas.
Presentando a los músicos pop como auténticos símbolos culturales, la exposición abarca toda la década y estudia pormenorizadamente año a año desde 1960 a 1969. Empezando en plena época del rock and roll con solistas del calibre de Cliff Richard, Shirley Bassey, Frank Ifield, Adam Faith, Billy Fury, Marty Wilde, Hellen Shapiro y grupos referenciales entonces, como The Shadows, Johnny Kidd & The Pirates, Emile Ford & The Checkmates, The Tornados o The John Barry Seven hasta llegar a las postrimerías de la década prodigiosa con solistas emergentes como David Bowie, Marc Bolan y Jane Birkin o bandas psicodélicas y de vanguardia como The Move, Led Zeppellin, Pink Floyd, Fleetwood Mac, Traffic o la Incredible String Band, pasando, naturalmente, por la mayoría de nombres imprescindibles de esos años. A saber, The Kinks, The Searchers, The Yardbirds, The Who, The Small Faces, Hollies, Troggs, Gerry & The Pacemakers, Dave Clark Five, Moody Blues, The Beegees, Manfred Mann, The Walker Brothers, Spencer Davis Group, The Seekers, The Animals, Them, The Jimi Hendrix Experience o Cream, entre muchísimos más, y solistas de ambos sexos como Dusty Springfield, Donovan, Dave Berry, Georgie Fame, Lulu, Engelbert Humperdinck, Sandie Shaw, P.J. Proby, Petula Clark, John Mayall, Millie, Marianne Faithfull, Cilla Black, Mary Hopkins, Tom Jones, Twinkle, Julie Driscoll, Françoise Hardy o un enigmático Bob Dylan, de paso por la ciudad del Támesis. Pero, por supuesto, sin olvidar tampoco a las máximas figuras de la década encarnadas en esa rivalidad de aparador y de tabloides, nunca personal, protagonizada por los Beatles y por los Rolling Stones y que fotógrafos fantásticos como Dezo Hoffmann, Fiona Adams, David Bailey, Michael Cooper, Jean Marie Pérrier, Richard Avendon, Astrid Kirchherr, Gered Mankowitz, John Nelly, Robert Whitaker o Robert Freeman, entre otros, ayudaron a elevar al limbo de la fama absoluta y a mantener imperecederamente con sus imágenes legendarias además de ser testigos –cámara en mano– de su impagable evolución artística y estética.
A su lado, otros grandísimos profesionales del fotoperiodismo de aquella época, ilustres veteranos algunos o jóvenes promesas, la mayoría, como Cecil Beaton, Tom Blau, John Pratt, Peter Rand, Terry O’Neill, Linda McCartney, Angus McBean, Don McCullin, Tony Frank, Steve Hiett, Bob Collins, Colin Jones, Keith Morris, Ida Kar, Michael Joseph, Kent Gavin, Bill Francis, David Farell, Barry Fenstein, Terence Donovan, John Dove, Brian Duffy, Allan Ballard, David Bebbington, Roger Crump o David Bebbington, entre bastantes más, que trabajaron como free lances o a cuenta de grandes medios locales o internacionales como «Sunday Times», «Daily Mail», «The Observer», «Daily Telegraph» o «The Independent»; pero también para prestigiosas revistas de información general como «Life», «Time», «Newsweek», «Town» o «Harper’s Bazar»; de moda como «Vogue» o «Elle», o musicales y de información juvenil como «Pop», «Boyfriend», «Big Beat», «Fabulous», «New Musical Express», «Record Mirror», «Oz», «Salut Les Copains», «Rolling Stone», etcétera, etcétera.
De paso, el visitante también puede recrear la vista y –el que pueda- también el recuerdo porque la muestra se complementa con una excelente recopilación de memorabília a base de fundas de discos, ejemplares de muchas de las publicaciones citadas, partituras y otros gadgets de la época, además de unas cuantas piezas de moda, fruto de la imaginación y el arrojo creativo de modistos como Mary Quant, Ossie Clark, Norman Hartnell, Michael Rainey, Rupert Lycett, Pierre Cardin o Paco Rabanne que revolucionaron el mundo de la moda en los años 60 desde sus maravillosas boutiques de Londres y que tuvieron en aquellos músicos a algunos de sus principales modelos coyunturales, junto a las “profesionales” Jean Shrimpton, Twiggy, Tania Mallet, Pattie Boyd, Jan De Souza, Anitta Pallenberg, Marsha Hunt,
Todo ello viene recogido de forma preciosista en el suntuoso catálogo que la institución británica ha puesto en circulación comercial (30 libras en librerías estándares o 22 si se adquiere in situ) que reúne todo el material fotográfico expuesto y aquello que complementa la muestra y que, amén de unas reproducciones absolutamente MA-RA-VI-LLO-SAS cuenta con unas magníficas notas introductorias a cargo de Jon Savage el reputado escritor y periodista musical al que ya conocemos por estos pagos gracias a sus monografías sobre The Kinks, Sex Pistols o Joy Division. Decir, finalmente, que las tiendas del museo también harán las delicias del personal gracias a un incontable número de propuestas y de productos reunidos para la ocasión, con precios que abarcan desde lo irrisorio hasta auténticos sablazos, todo ello relacionado, naturalmente, con los personajes protagonistas de la exposición.
Una gran retrospectiva en sí que da enorme gusto y alegría poder contemplar a medio siglo vista en uno de los museos más prestigiosos del mundo. Desde aquí, desde este santo país, uno elucubra con la posibilidad de que, algún día, centros de arte contemporáneo que se dicen modernos como el Reina Sofía en Madrid, el Guggenheim de Bilbao, el MACBA en Barcelona o el IVAM valenciano, pudiesen hacer algo parecido pero con nuestros propios héroes locales como protagonistas absolutos. Grupos y artistas pop que deberían merecer todo nuestro respeto y admiración como el Dúo Dinámico, Miguel Ríos, Los Brincos, Joan Manuel Serrat, Los Sírex, Karina, Los Bravos, Bruno Lomas, Los Salvajes, Juan y Junior, Marisol, Lone Star, Rocío Dúrcal, Los Pekenikes, Fórmula V, Raphael y ese largo etcétera que todos tenemos en la mente. Y, por supuesto, a su lado, grandísimos fotógrafos y diseñadores gráficos como Oriol Maspons, Colita, Pérez de León, Ibáñez, Enric Sió, Ubiña, Català Roca, Barceló, Antoni Catany, Iván Zulueta, Juan Carlos Eguilor, Josep Puvill, entre muchos otros más, cuya aportación artística debe considerarse parte consustancial del éxito y de la imagen moderna reflejados por muchos de aquellos músicos españoles seminales en sus lanzamientos discográficos durante los años 60. Nombres todos ellos horteras y “carrozones” y de los que debemos sentirnos poco menos que avergonzados ¿No?