LIBROS
«Lo que de verdad da prestancia al volumen son las fotografías, no solo de él mismo en las diversas etapas de su vida, sino también de objetos personales»
VV.AA
El libro de Fernando Fernán Gómez
Blackie Books, 2021
Texto: CÉSAR PRIETO.
No hay nadie que dude que Fernando Fernán Gómez es uno de los paladines de la cultura popular española del siglo XX. Y de la alta cultura también. Actor de cine de éxito indiscutible, director de por lo menos tanto éxito, autor de más de veinte novelas, tertuliano de irrebatible prestigio en el Café Gijón y hasta intérprete, que no cantante, de algún disco –es inconmensurable Aún vivo para el amor, en la estela de Manolo Otero-, su potencia creativa y la extensión de su obra son un caso sin parangón en la cultura española de los últimos siglos. Quizá el último autor comparable sea Lope de Vega, de manera que Fernán Gómez sería un nuevo fénix de los ingenios, que supo conectar con los gustos del público a nivel masivo en los nuevos corrales de comedias que a mediados del siglo XX se llamaron cine.
La editorial Blackie Books ha tenido la genial idea de dedicar volúmenes monográficos a personajes de este cariz. Lo ha hecho con Gila, también con Gloria Fuertes, y ahora le ha tocado el turno a este actor pelirrojo nacido en Perú, pero trasladado casi de contrabando a Buenos Aires como hijo de una actriz reconocida en la época, madre soltera, que debía continuar su gira, y criado por su abuela en un Madrid que sufría por entonces la guerra civil. Son volúmenes que recogen su obra, a raíz de ella su biografía, fotografías inéditas, pequeños apuntes y notas.
El de Fernando Fernán Gómez está sobre todo hilado por su biografía, El tiempo amarillo, de la que se recogen retazos, que se ven acompañados de fragmentos de sus novelas, como la cara y la cruz de su mundo y su presencia; pero lo que de verdad da prestancia al volumen son las fotografías, no solo de él mismo en las diversas etapas de su vida, sino también de objetos personales: una cartilla de trabajo de cuando se necesitaban, diversos carnets o tarjetas de transporte, dibujos, su resguardo de matrícula de la Universidad que nunca acabó, dedicado ya plenamente a ser un actor apadrinado por el gran Enrique Jardiel Poncela.
Es casi un milagro que con una vida de actor, o sea de viajes constantes, todo esto se conserve; aunque al preparar, en parte, este volumen Helena de Llanos, su nieta, debe de haber aportado todo el material.
Unas páginas especiales se dedican de manera autónoma al que fuera el gran amor de su vida, Emma Cohen, también multidisciplinar, de la que se incluyen sobre todo fotografías y algún fragmento de sus novelas o fotogramas de sus películas. En definitiva, se trata de una obra en la que vamos acompañando, de manera tranquila y como si nos hablase él mismo, a Fernando Fernán Gómez a lo largo de su vida, dilatada y ancha, llena de creaciones que explican, en parte, lo que fue este país en el siglo XX.
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