«Líder de Very Pomelo, compañero habitual de gente como Gerard Quintana o Sanjosex, ex miembro de la banda de Maika Makovski y revitalizador en la sombra de las canciones de Josele Santiago. Un músico de esos que no deja a nadie indiferente»
Xarim Aresté
«Lladregots»
CHESAPIK
Texto: EDUARDO IZQUIERDO.
Empezaré esta reseña de forma inusual y les contaré un par de anécdotas. Habitualmente suelo intentar preguntar la primera vez que veo a mis amigos músicos tras algún concierto cómo les ha ido el bolo más cercano. Dicha costumbre tiene algo de cortesía y mucho de interés real. Son gente a la que aprecio y hasta quiero, y me gusta saber de sus aventuras. Recuerdo especialmente una de esas veces en las que uno de mis amigos (y por motivos obvios no diré el nombre) me confesaba que “el bolo fue bien pero tuvimos que aguantar delante a unos tíos raros, de esos hippies que te gustan a ti, que eran un coñazo”. A continuación vino la ristra de nombres intentando adivinar a quién se refería hasta que dimos con él, en este caso con ellos. Meses más tarde, otro amigo músico, famoso y que acaba de editar disco con un reconocido productor, me confesaba “he visto a una banda cojonuda. En Cataluña tenéis muchas buenas cosas y me han enamorado”. Ambas anécdotas se referían curiosamente a la misma persona: Xarim Aresté.
Y me sirven estas historias reales para reflexionar sobre lo que es la música del líder de Very Pomelo, compañero habitual de gente como Gerard Quintana o Sanjosex, exmiembro de la banda de Maika Makovski y revitalizador en la sombra de las canciones de Josele Santiago. Un músico de esos que no deja a nadie indiferente y, sobre todo, con esa expresión que tanto nos gusta utilizar a los críticos: con universo propio. Y es precisamente la existencia de esa imaginería personal la que provoca que o caigas rendido a sus pies o directamente rechaces su propuesta. Es cuestión de entrar o no entrar. Quedarse en medio es imposible. No hace falta que les diga que yo me cuento entre los primeros.
Es Xarim tipo parco, dubitativo, tímido bajo el escenario. Todo lo contrario que su música. Ajeno a límites estilísticos, en constante evolución y con una capacidad de adaptación que casi asusta, Aresté es capaz de moverse en terrenos que van del rock and roll a la rumba, de la música de autor al funk, al folk o al jazz con una facilidad abrumadora. Fruto de una incontinencia creativa fascinante a la par que desbordante, Xarim es capaz de publicar con su banda, Very Pomelo, uno de los discos más interesantes del año pasado con «Radio Clotxa» para hacer lo propio este año, en este caso firmando un nuevo trabajo con su nombre y bajo el título de «Lladregots».
Justificado el personalismo en el hecho de haberse encargado de todos los instrumentos, de la grabación, de la producción y de la lisérgica composición, Aresté se atreve a publicar estas trece canciones simplemente “porque no sabía qué hacer con ellas”. Y a nosotros no puede sino sorprendernos esa declaración tras la que no se esconde una falsa modestia sino la realidad del personaje. Todo lo contrario a lo que reflejan temas como ‘Els filòsofs’, la adictiva ‘La feinada que ens queda’, ‘La font’, ‘Esparadrap’, la dylaniana ‘L’allau’ o ‘Carnaval’; creaciones intensas, individuales pero integradoras de un todo que sientes pero no eres capaz de definir. Aportando aire fresco a una escena de música en lengua catalana ombliguista y demasiado enfocada al folk más lánguido Aresté afronta sus tonadas, a veces simples esbozos, con valentía, dándoles a cada una de ellas lo que necesitan o, al menos, lo que él es capaz de darles en cada momento. Magistral.
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