El disco del día: Víctor Sánchez

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«Con este debut muchos deben saber quién este músico granadino que, sobre todo, sabe hacer canciones. Buenas canciones que para él, son el centro de todo. De filosofía acertada anda sobrado. De calidad también»

Víctor Sánchez
“Yo quemé a Gram Parsons”
EL EGIPCIO RECORDS

 

Texto: EDUARDO IZQUIERDO.

 

Pocos serán los que reconocerán detrás del nombre de Víctor Sánchez al guitarrista de José Ignacio Lapido o de Jean Paul, esa atmosférica e interesantísima propuesta dirigida por Raúl Bernal. Por eso serán muchos los que se verán sorprendidos ante un primer disco, minielepé por su número de canciones, que le sitúa, y de qué manera, en el mapa de la música nacional con nombre propio, dejando para siempre la etiqueta de secundario de lujo. Tras el curioso y mitómano título de “Yo quemé a Gram Parsons”, el granadino nos entrega seis excelentes canciones que asegura son solo una muestra de las muchísimas que tiene compuestas. Quejarnos del por qué no ha incluido más en este debut ya no sirve para nada. Así que toca disfrutar con lo que tenemos, que tampoco es poco, y da muchas ocasiones para ello.

‘El rescate’ abre el disco con unas potentes guitarras acústicas, una batería que marca el pulso a la canción y una voz diferente. Sánchez posee un fraseo particular, no demasiado alejado a un Bob Dylan pop, incluso con las amenazas habituales del de Duluth a la pérdida de tono que nunca llegan a producirse. Y aquí tampoco, por supuesto. Popi González le apoya en los coros y convierte la canción en un espléndido medio tiempo pop en el que la presencia etérea del maestro Lapido no anda lejos. Una presencia que toma forma real en ‘El contrato’, al que aporta su guitarra, que empieza amenazando con ser una canción de los Beach Boys para convertirse en un tema de influencia argentina. Mucho de Calamaro o Ariel Rot se encuentra en esa melodía y esa forma de cantar, y en ese arranque en un estribillo que deja respirar a la canción. ‘Níscalo’ reduce las revoluciones. Balada de de desamor y frases definitivas. La eterna incomprensión de las relaciones humanas, ya saben. ‘Una razón de fe’ es otra canción de amor escondida en recursos literarios en los que se juntan elipsis y metáforas. Una buena letra que huye del baboseo en el que suelen caer este tipo de canciones, tratada con gusto y mucha elegancia. ‘Entre hilos’ retoma el pulso: voz doblada para un tema onírico y una letra corta pero efectiva que nos lleva al final con ‘De la paz’, en la que volvemos a los parámetros iniciales, como si de un círculo cerrado se tratara. Otra vez una acústica protagonista (de hecho completamente) y un leve deje dylaniano en la forma de cantar las cosas.

No se puede dudar que Víctor Sánchez ha conseguido con estas seis canciones lo que pretendía. Y si no lo pretendía, también lo ha hecho. Con este debut muchos deben saber quién este músico granadino que se autoacusa de quemar a Gram Parsons y que, sobre todo, sabe hacer canciones. Buenas canciones que para él, son el centro de todo. De filosofía acertada anda sobrado. De calidad también.

Anterior disco del día: Amparo Arias.

 

 

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