«Álbum desigual, cuando puntúa alto llega a deslumbrar, pero cuando cae en el formulismo invita a cierta desconexión mental. Aun así, y pese a todo ello, hay algo en The Soft Pack que invita a seguir dándoles votos de confianza»
The Soft Pack
«Strapped»
MEXICAN SUMMER
Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.
El tercer álbum de los angelinos empieza como un tiro, tal y como hacía su predecesor. Con el fulminante pildorazo garage pop de ‘Saratoga’, con las urgentes alambradas de guitarra de la académica pero muy macerada ‘Second look’ (con esa melodía tan de la escuela The House Of Love) y los fracturados ritmos new wave de ‘They say’. Y también con ‘Tallboy’, que parece beber a conciencia –y es una tónica aplicable a otros cortes– en la independencia británica de finales de los ochenta y en las brumas del Paisley Underground que marcó su California natal unos años antes. Son muestras de su versatilidad, que estallan definitivamente en la cara con el soleado y radiable funk de ‘Bobby Brown’, que en una primera escucha puede llegar a descolocar. Pero es todo un acierto.
Ocurre que, al menos hasta el momento, los californianos (conocidos hasta su primer largo como The Muslims) no son una banda de segundas caras. Y, como también les ocurría un par de años atrás, a Strapped también se le abren vías de agua pasado su ecuador. Porque ‘Chinatown’ podría ser una cara B de los Strokes, ‘Ray’s mistake’ tiene ímpetu y garra pero es ciegamente tozuda, y el instrumental ‘Oxford Ave’ no pasa de anécdota. Hasta que las cosas vuelven a su sitio cuando irrumpe la húmeda y pegadiza ponzoña de ‘Head on ice”’ deudora de los The Jesus & Mary Chain más turbios.
Con lo que tenemos otro álbum desigual, que cuando puntúa alto llega a deslumbrar, pero cuando cae en el formulismo invita a cierta desconexión mental. Aun así, y pese a todo ello, hay algo en The Soft Pack que invita a seguir dándoles votos de confianza. A intuir que su obra definitoria, aquella que les encarame a portadas y sesudas listas anuales, puede estar al caer. Porque es cierto que también son revival, casi puro revival. Pero no tienen el reverente e inofensivo mimetismo de Lotus Plaza, Best Coast o Veronica Falls. Fundamentalmente porque con ellos nunca se sabe a ciencia cierta por dónde van a salir. Porque en su vivificante propuesta no hay fundamentalismo ni dogmatismo alguno, y sí buenas dosis de actitud. Más una chulería bien asimilada (y justificada) que una pose, la encaucen por donde la encaucen.
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