«Desde que dejara Madredeus en 2007, Teresita Salgueiro ha probado muchas cosas señalando con ello que su melancólica voz no era patrimonio exclusivo de las ambiciones transatlánticas de sus viejos protectores y podía ir más allá de donde quisiera»
Teresa Salgueiro
“O mistério”
RESISTENCIA
Texto: GERNOT DUDDA.
Desde que dejara Madredeus en 2007, Teresita Salgueiro ha probado muchas cosas señalando con ello que su melancólica voz no era patrimonio exclusivo de las ambiciones transatlánticas de sus viejos protectores y podía ir más allá de donde quisiera. Entre otras cosas, grabó duetos con los más pintados, se codeó con compositores clásicos contemporáneos, cantó en directo canciones del legado popular napolitano, apuntaló su perfil más bohemio grabando aquel “La serena” con el Lusitania Ensemble o se nos fue a Brasil a revivir los grandes clásicos de la bossa nova con el Septeto de Joao Cristal, siendo ésta –quizá por lo inesperado– la más espectacular de sus incursiones hasta la fecha.
Con “O mistério” recuperamos a la Teresa más mística y reservada, con una grabación en la que han jugado también un papel muy esencial sus músicos: Carisa Marcelino (acordeón), Oscar Torres (contrabajo), André Filipe Santos (guitarra) y Rui Lobato (batería, percusión y guitarra), que han dejado muy buena huella en las canciones, con matices y recovecos dignos de ser paladeados durante la escucha. Especialmente con el contrabajo y el acordeón diatónico, pudiendo éste llegar a sonar en ocasiones con la majestuosidad de un armonio.
Podríamos hablar del “disco místico” de la Salgueiro. Especialmente después de saber que fue grabado durante todo el mes de agosto de 2011 en el Convento de la Arrábida de Setúbal –intimidad, silencio, contemplación–, tras mantener nueve meses de fecunda interactividad con sus músicos, que le ha servido a Teresa de inspiración para la composición de sus canciones, terreno en el que debuta. Ya en la pieza de apertura, con la modélica ‘A batalha’, se aprecia esa ambición con esos intrigantes bordones. O en la preciosa ‘Lisboa’, la canción más canción que podemos encontrar por aquí.
Pero mucha atención, porque su música no pretende sonar emocionante ni competitiva. Las emociones no es que se queden cortas sino que van hacia dentro y desde dentro, y por eso es inútil esperar la espectacularidad que podemos llegar a encontrar en otros proyectos de carácter medievalista o de hondas raíces revisitadas. No van por aquí los tiros. Y Teresa no engaña a nadie porque tampoco ha pretendido hacer pasar todo esto por otra cosa. Ya adelanta que el formato registrado se queda corto para una “música pensada de manera específica para ser reproducida en vivo buscando la participación y aportación anímica de los concurrentes, así como la contemplación de la esencia y la energía desplegadas en cada concierto”. Merece la pena comprobarlo.
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