«Con unos medios mínimos en la mayoría de los casos, una pericia que generalmente no superaba el amateurismo belicoso y, por qué no decirlo, un arsenal de instrumentos cortísimo y muy similar, lograron resultados tan excitantes como sorprendentemente diferentes»
Varios
“Tensión. Spanish experimental underground 1980-1985”
MUNSTER
Texto: DARÍO VICO.
Hace unos años el fantástico sello británico Soul Jazz Records editó un recopilatorio llamado “In the beginning there was rythm” que recogía un fenómeno que tuvo réplicas, con diferentes variantes, en todo el planeta; el de escenas que tomando el punk no como canon estilístico sino como punto de inflexión para romper con lo establecido, le añadieron a su energía y actitud influencias de todo pelaje –electrónicas, rítmicas, étnicas, etc.– para crear un conglomerado excitante y provocador que, según cada zona de influencia, acabó siendo algo con un espíritu y un corpus sónico muy similar, pero de resultados muy distintos en su materialización, no solo por los elementos endógenos –¿»nacionalistas», se podría decir?– incorporados en cada escena, sino por el nivel de aprendizaje, información y medios disponibles en cada una de ellas.
El disco de Soul Jazz, por ejemplo, recogía gran parte de los experimentos británicos que mezclaban electrónica de combate, punk y funk en diferentes grados y con un mismo catalizador, un momento de agitación social y cultural inédito en las islas incluso en los sesenta: Cabaret Voltaire, This Heat, A Certain Ratio… Tiempo después, el sellaco aleman Vinyl on Demand editó el directo “Festival Genialler Dilletanten” y el recopilatorio de casetes “Cassetencombinat-West Berlin 1980-81” y otra discográfica que no recuerdo el combo cedé-deuvedé “Berlín 1980”, que incluía música y cortos de la explosión de la facción más experimental de la Neue Deutsche Welle, con lo que recuperábamos los inicios de una escena heredera de lo más extremo del Krautrock, que incluía a proyectos como Einsturzende Neubauten, Palais Schaumburg, Die Tödliche Doris, Malaria…
A lo largo de los últimos años, hemos visto recopilatorios semejantes surgidos en casi todas las escenas europeas… y siempre esperé uno español, que al fin ha llegado, con el más que apropiado título de “Tensión” –homónimo de uno de los temas incluidos, de La Gran Curva– que refleja perfectamente, pese a las variantes estilísticas, el intento de forzar al máximo la flexibilidad en los componentes sonoros empleados que utilizaron todos los recopilados. Al principio, como pasa siempre que uno trata de establecer fronteras para juzgar una selección como la de este disco, siempre surge la duda de dónde debería empezar y acabar, qué falta y qué debería haberse quedado fuera, pero en este caso hay que reconocer que es lo suficientemente amplia como para recoger a un buen número de músicos que, trabajando con unas influencias muy heterogéneas y heterodoxas, pero limitadas –la información que llegaba era poca, y a veces con cierto retardo que en aquellos años era vital entre el primer y segundo mundo, que era el nuestro al menos en lo referente a la música–, con unos medios mínimos en la mayoría de los casos, una pericia que generalmente no superaba el amateurismo belicoso y, por qué no decirlo, un arsenal de instrumentos cortísimo y muy similar, lograron resultados tan excitantes como sorprendentemente diferentes…
En ese sentido, sí que hay algo «superior» que une a Mar Otra Vez, New Buildings, Neo Zelanda, La Caída de la Casa Usher, La Fundación… Sí, quizás Claustrofobia querían ser los Tuxedomoon layetanos e Iniciados un juego de rol a medio camino entre Residents y Der Plan, pero como los anteriormente citados, al final resultaban en algo totalmente diferente a sus más claras influencias. Quizás Clónicos tenían muchos más argumentos sonoros, como todos esos refugiados de la música contemporánea y el free jazz que pululaban por aquella extraña factoría que era Linterna Música. Tal vez Klamm atendieran demasiado a las teorías de Fripp sobre las pequeñas unidades inteligentes. Pero en el fondo, todo formaba parte del mismo vórtex, y lo que entraba por un extremo salía atomizado por el otro en un millón de propuestas. 18 de ellas, no todas, pero sí lo suficientemente significativas para que este disco sea un excelente punto de partida para reexplorar todo aquello tanto tiempo después, están aquí.
Reseñar por último la excelente introducción escrita por César Estabiel. Normalmente, los recopilatorios españoles pecan de falta de información, y cuando esta se incluye, acaba por ser superflua, poco contrastada o sin contextualizar… En este caso no es así; Estabiel ha hecho un excelente trabajo que solo por sí mismo merece la compra del disco. Una aportación llena de información y además literariamente notable, que como fan de estas cosas, sinceramente agradezco. Ojalá este trabajo tenga continuación, explore zonas limítrofes, rescate a muchos grupos que se han quedado fuera –a bote pronto… ¡Interacción!– e incluso dedique discos monográficos a muchos de ellos. Suerte, amigos.
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