El disco del día: Señor Mostaza

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«Luis Prado es un genio. Uno de esos personajes que parecen dotados de una magia especial para convertir la melodía más simple en una obra de arte sónico»

Señor Mostaza
«Delitos y faltas»
HALL OF FAME RECORDS

 

 

Texto: EDUARDO IZQUIERDO.

 

 

Una vez más tenemos que hablar de que Señor Mostaza han hecho un gran disco. La regularidad de la banda liderada por Luis Prado ya no es noticia, si no fuera porque su nivel está siempre rozando el excelente. Y «Delitos y faltas» no es, ni mucho menos, una excepción. Es más, probablemente estemos hablando del mejor disco del grupo valenciano. Para ello, a las acostumbradas soberbias canciones de Prado y la pericia instrumental de sus acompañantes habituales se han unido la producción del siempre inspirado Carlos Raya y la masterización en Nashville de Richard Dodd, ingeniero de sonido, entre otros, del enorme «Wildflowers» de Tom Petty. Todo ello ha dado lugar a un trabajo sin fisuras, con diez canciones que opositan claramente a la calificación de mejor disco nacional del año. Canciones nacidas del piano (no de la guitarra), cosa que las hace diferentes a casi todo lo que habitualmente oímos en este país.

Luis Prado es un genio. Uno de esos personajes que parecen dotados de una magia especial para convertir la melodía más simple en una obra de arte sónico. Bebiendo del legado que nos dejaron sus amados Beatles, y abrazando a la vez y por igual la herencia de Leon Russell, Left Banke o el mejor Elton John, el de los años setenta, aquel que nos marcaba a fuego la ciencia de la canción en ‘Tumbleweed connection’.

Solo es necesario entrar en el particular universo de Prado para caer rendido a su música. Aspectos como la inmadurez, la indefinición, el miedo o la incomunicación sobrevuelan las dulces melodías de canciones como ‘Vas a ser’, ‘Crecer (y no enloquecer)’, ‘Hoy me voy’ o ‘Megaindecisión’. Temas en los que el cantante y pianista deja que su voz se convierta en la nuestra, mientras su banda habitual (Paco Tamarit, Boli Climent y Eduardo Olmedo) construyen la vía necesaria para que su tren transite realizando solo las paradas necesarias y previstas. Phillipa Skilman con unos espléndidos arreglos de cuerda pone el resto.

Aunque la guinda, el diamante del lote, está realmente en su segunda pista, ‘Dile la verdad’. Quizá, solo quizá, la canción perfecta. Con una letra exquisita en su cotidianidad, una melodía adictiva, una facturación soberbia y una originalidad, dentro de su clasicismo, insuperable. Poco o más se puede decir. Quizá lo adecuado sea algo así como “Luis, tócala otra vez”, aunque creo que eso ya estaba inventado.

Anterior disco del día: Cristina Pato.

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