«Hay obras que quedan fuera de todo tiempo y lugar, capaces de sobreponerse de forma natural a géneros, modas y categorías, y esta es una de ellas. Hubiera sido el caso hace treinta años, y seguiría siendo así dentro de otros treinta»
Pat Martino Quartet
«Undeniable (Live at Blues Alley)»
HIGH NOTE/KARONTE
Texto: GERNOT DUDDA.
Hay obras que quedan fuera de todo tiempo y lugar, capaces de sobreponerse de forma natural a géneros, modas y categorías, y esta es una de ellas. Hubiera sido el caso hace treinta años, y seguiría siendo así dentro de otros treinta. Así es este “Undeniable” de Pat Azzara (más conocido como Pat Martino), un guitarrista perfectamente bilingüe en jazz y blues. Y no es que él haga jazz-blues o blues-jazz. Lo suyo es del tipo jazz-jazz y blues-blues, que no es algo tan frecuente como parece.
Ocurre que le apetecía volver a disfrutar del ambiente de un club y ha optado por frenar por un momento sus bríos más virtuosos para someterse a la dinámica y disciplina de un cuarteto. Ha querido recordar así sus viejos tiempos como “sideman” del que le tocara tocar esa noche, sentir el ronroneo del Hammond B3 y alcanzar a ver las caras de todos y cada uno de los espectadores, como en aquellos locales del Harlem neoyorquino de principios de los años 60, donde gente como “Brother” Jack McDuff y Willis “Gator Tail” Jackson le dieron su primera oportunidad.
Un “back to roots” en toda regla para el que ha contado con una banda de primera: el saxo tenor de Eric Alexander, el órgano de Tony Monaco y la batería de Jeff “Tain” Watts. Todos ellos músicos muy consagrados donde nadie es “sideman” de nadie.
El propio Martino sabe frenarse y cuenta con las notas y tonos precisos, contenidos, siempre al servicio de las canciones incluso cuando surgen las posibilidades de solos. Claro que le basta y le sobra con la calidez que da el “sliding” de octavas, tan a la manera de aquella santísima trinidad que podrían ser Charlie Christian, Talmage Farlow o Wes Montgomery. Ni que decir del “swing” que tienen títulos como ‘Lean years’, ‘Double play’ o ‘Side effect’, más un estándar, el archiconocido ‘Round midnight’ de Thelonious Monk, interpretado con profundidad y lirismo. Ahora, si nadie dijera que el resto de las piezas son del propio Martino, todos pensaríamos que estamos ante gloriosos clásicos sin fisuras.
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