«Mamá vuelven a los platos elaborados, ligeros pero llenos de sabores y de texturas, clásicos pero con personalidad»
Mamá
«Segundo asalto»
ROCK INDIANA
Texto: CÉSAR PRIETO.
Bien por ellos, lo han vuelto a hacer y nos han quitado los miedos: Mamá ataca con renovada dignidad. “Solo por hoy” –hace ocho meses de ello– nos había dejado caras tristes; los ingredientes eran buenos, pero las canciones parecían insulsas, poco cocidas, sin una mano que las pintase y que decidiese un objetivo, un sonido. Guardemos el episodio en el baúl de los malos momentos; con «Segundo asalto» Mamá vuelven a los platos elaborados, ligeros pero llenos de sabores y de texturas, clásicos pero con personalidad: La prueba está en que tras la escucha de las cinco canciones sigue el hambre y quieres más y más y más.
Es un disco, asimismo, que va creciendo, que a medida que avanza acumula emociones y no las diluye y que en canciones que a veces se apartan de las perspectivas habituales del grupo, componen un tono coherente. El ejemplo ya aparece en la que abre y da título al conjunto, lo más cerca que han estado Mamá de The Clash. Son acordes concisos y densos, Madrid en medio de las llamas y unas imágenes visionarias. Uno se da cuenta de que es esencial comenzar con este tono, con la canción que más se aparta de las perspectivas del grupo para permitir que las siguientes respiren, no vengan condicionadas. Y la siguiente es ‘Idiotas’ una recogida e íntima declaración de derrota y esperanza.
Y llega la cara pop de nuestros chicos, ‘En tu lugar’ no distará mucho de ser la mejor canción que han pulido desde su regreso, melodías y estribillos adictivos, unos arreglos que saben mejorarla –esa guitarra tímida tras los fraseos– y una convicción al cantarla que la hace juvenil, cercana. Cierran con la introspección de ‘Me harté de volar’ y los laberintos sentimentales en la madurez de ‘Frío’. Cinco canciones que discurren a veces en torrentes, a veces en meandros, siempre claras.
Desde luego hay manchones, no esperemos el mismo grupo que en el ochenta, sería falso; pero se echan de menos esas letras de costumbrismo vital, ese recorrido por una ciudad que enamoraba a cada paseo. Aquí todo se vuelve abstracto, sentimientos relatados sin el prisma de la piel, solo con la depuradora del corazón. En eso, en salir a la calle y relatar las pequeñas miserias cotidianas y sacarles jugo sentimental, ya no son maestros. Pero todavía lo son –y mucho, escuchen de nuevo ‘En tu lugar’– en conseguir la canción pop perfecta.
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