«M Clan han apostado muy fuerte, con un álbum coherente, de repertorio muy cuidado. Con rock and roll fibroso, clásico, cálido»
M Clan
“Arenas movedizas”
WARNER
Texto: JUANJO ORDÁS.
La trayectoria de M Clan lleva siendo impecable desde que con “Memorias de un espantapájaros” se reinventaran como banda de rock and roll. “Para no ver el final” fue una continuación más suave aunque gratificante y, ahora, “Arenas movedizas” llega para subir el listón aún más. Seguramente, al reformularse definitivamente como dúo, Carlos Tarque y Ricardo Ruipérez tuvieron que poner nuevos cimientos, para continuar creciendo, para seguir siendo capaces de llevar un paso más allá las nuevas ideas con las que estaban comenzando a trabajar. No es tan extraño que acabaran por dejar fluir su personal mezcla de rock blanco y soul negro, ellos provienen de la escuela de The Allman Brothers, donde la mezcla era bienvenida y el separatismo destruido.
Nadie debe esperar el regreso de los M Clan de “Un buen momento” o “Coliseum” pero “Arenas movedizas” les acerca a su pasado en más de un momento. Se les aprecia rejuvenecidos, los nuevos miembros (asalariados, no se olvide) de la banda se han engrasado junto con la voz de Tarque y la guitarra rítmica de Ruipérez, el equipo productor con Carlos Raya al frente sigue sacando lustre. Que no quepa la menor duda, este nuevo disco continúa la segunda juventud de M Clan pero con mayor ímpetu y furor. ¿Su disco definitivo? Casi que sí. Están en forma, se atreven con estructuras más dinámicas estando mucho más compenetrados, giran calles, doblan esquinas, flexionan y se estiran.
Incluso son valientes al ordenar el álbum, colocar un tema pivotal como ‘Arenas movedizas’ casi al final indica arrojo, una seguridad aplastante de que el oyente les habrá seguido hasta allí y que estará listo para dejarse llevar por una letra melancólica, desoladora. Y claro que les habrá seguido hasta allí. Porque el camino es de baldosas amarillas. Y en él habrá encontrado salvajes riffs a lo Clapton unidos a guitarras funky y vientos huracanados (‘Para decirte adiós’), letras que siguen destapando a Tarque como un gran letrista que nos privó de su arte durante años, homenajes a Led Zeppelin (‘Noche de aullidos’), rock consistente (‘Rock & roll del siglo XXI’), recuerdos de New Orleans (la pantanosa ‘Ritual’) y detalles que harán pensar en sus inicios sureños, como ‘Nadie se acuerda ya de mí’, esa slide de ‘Vidas desiertas’ o la hermosa y californiana ‘Solo el viento’, que nos recuerda a la acústica ‘Domingo de mayo’ y a la más cercana en el tiempo ‘Las palabras que me dijiste’.
El año se anima en su recta final y M Clan han apostado muy fuerte, con un álbum coherente, de repertorio muy cuidado. Con rock and roll fibroso, clásico, cálido.
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