«Los Canguros son recordados por haber contado en sus filas con dos personajes de la talla de Joaquín Felipe Spada, líder de Los Fresones Rebeldes y Cola Jet Set, y Sergi Arola, convertido hoy en uno de los chefs estrella de la cocina española»
Los Canguros
«Un salto adelante (1986-1990)»
B-CORE
Texto: ÀLEX ORÓ.
Frescura y estribillos irresistibles; rabia juvenil, inocencia sonora y querencia por los sonidos “sixties”; letras atrevidas y una cierta vocación “outsider”, aquella que tienen los que priorizan su proyecto artístico prescindiendo de las modas y los gustos mayoritarios. Todo esto se podía encontrar en las canciones de Los Canguros, una banda barcelonesa que entre 1986 y 1990 grabó algunas maquetas de sonido imperecedero como demuestra la edición de “Un salto adelante”, un vinilo de cuidada presentación (no hay edición en cedé pero sí descarga digital) que recoge todas esas canciones.
Los Canguros son recordados por todo esto y por haber contado en sus filas con dos personajes de la talla de Joaquín Felipe Spada, líder de Los Fresones Rebeldes y Cola Jet Set, y Sergi Arola, convertido hoy en uno de los chefs estrella de la cocina española. Felipe y Arola se ocupaban de las guitarras y llevaban el peso de la composición de las canciones, en las que también participaban los otros miembros del grupo, que tuvo diversas formaciones. La alineación original estaba integrada por Felipe, el bajista Joan Quesada, el organista David Parra y el batería Kiko Santamaría. Grabó dos maquetas entre 1986 y 1987. Posteriormente se incorporó Arola, la cantante Charo Boix y el batería José Manuel González (ambos procedentes de Kamenbert). Hubo una tercera formación en la que de los miembros originales solo quedaba Quesada.
Los Canguros fueron la cuarta pata del banco de los grupos barceloneses con influencias de los sesenta, a saber: Brighton 64, Los Negativos y Kamenbert. Estas tres formaciones consiguieron grabar discos. Brighton 64 y Los Negativos incluso obtuvieron un cierto reconocimiento, los primeros a nivel popular gracias a canciones como ‘La casa de la bomba’ y los segundos entre la crítica y los aficionados por su elepé ‘Piknik calidoscópico’. En cambio, Los Canguros se quedaron como una eterna promesa. Pese a que sus canciones tenían magia, no consiguieron un contrato discográfico. Fue la banda más transgresora con las influencias que, a priori, habían de restringir su oferta sonora. Felipe era uno de los mods más activos de Barcelona y pese a que sus canciones tenían ecos de la Tamla Motown, Los Brincos, The Prisioners o The Barracudas, no le hacía ascos al pop de los ochenta y a la New Wave. Prueba de ello son canciones como ‘Congreso sobre la juventud y su problemática (MCPR)’ en la que se ataca directamente al “mundo adulto” con estrofas como “un puñado de inútiles reunidos / se matan a copas en un bar céntrico / Ellos siempre fueron pequeños adultos / Y ahora están allí como expertos en congreso de la juventud”.
Pero si las canciones de Los Canguros podían transmitir cierto pesimismo post-punk, también eran capaces de ofrecer temas de alegre estribillo como ‘Yo-Yós y boomerangs’ o versionear ‘Street waves’ de Pere Ubu en ‘La música de la ciudad’. Otra de las perlas de Los Canguros era ‘Cinco años’, un tema con vocación de hit y que nos deja la sensación de que la banda de Felipe y Arola no estuvo en el lugar oportuno en el momento adecuado. Un par de años después de la disolución del grupo, otra formación barcelonesa de planteamientos similares, Los Sencillos, consiguieron todo aquello por lo que Los Canguros habían luchado, pero esto, queridos lectores, es otra historia.
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