El disco del día: John Cale

Autor:

«La perfecta banda sonora de un día gris, en el que llueve y los sentimientos se mojan hasta quedarse fríos»

John Cale
“Shifty adventures in Nookie Wood”
DOUBLE SIX RECORDS

 

 

Texto: JUANJO ORDÁS.
 

 

Es increíble que aún haya que reivindicar la figura de John Cale, especialmente si la comparamos con la de Lou Reed, ambos compañeros de banda en su momento. Sinceramente, equipararlas no requiere un gran esfuerzo, tampoco aceptar un más que justo empate.

Sea como sea, Cale está de vuelta a sus setenta años con un gran trabajo brazo el brazo. Su carrera abarca ya más de una veintena de obras –eso al margen de su tarea como productor–, una trayetoria vital cuyos giros se comprenden ahora mejor que en su día. Habitualmente, lo normal es situar “Paris 1919” como su gran obra seguida por –y situada en paralelo– la trilogía formada por “Fear”, “Slow dazzle” y “Helen of troy” que el músico grabó para el sello Island. Pero hay más, con este tipo de músicos siempre hay más. Al igual que Lou, John es capaz de entender el pop desde una perspectiva eminentemente experimental y de ajustar los experimentos sonoros al formato pop. En según qué ocasiones el producto de la ecuación se decanta por una de las dos vertientes, y en el caso de “Shifty adventures in Nookie Wood” las canciones fluyen como borbotones pop de esquizofrénicos detalles, laberínticos, electrizantes. Y oscuros, desde luego.

“Shifty adventures in Nookie Wood” es la perfecta banda sonora de un día gris, en el que llueve y los sentimientos se mojan hasta quedarse fríos. Y el contexto no es pasado ni reflexivo, sino actual, muy bien situado gracias a una producción moderna que se apoya en Danger Mouse únicamente en el primer single (la buenísima ‘I wanna talk 2 you’) aunque el prisma a través del que este enfoca sus grabaciones sea el mismo que Cale emplea a lo largo del álbum. Se respeta el espacio para que las bases rítmicas se muevan con agilidad y sensualidad, acomodando arreglos electrónicos y orgánicos que respetan los silencios y entienden su lugar en la canción.

Cale siempre ha destilado mucha clase cuando ha querido, y “Shifty adventures in Nookie Wood” es un melancólico etiqueta negra, una copa del más fino cristal abandonada en un derruido edificio mientras llueve y rebosa agua turbia. No hay variedad en las texturas, el sabor es el mismo, pero es intenso y hay que degustarlo a tragos cortos, sin saturación. Su anterior trabajo se titulaba “Black acetate”. Bien, si hablamos del color negro, “Shifty adventures in Nookie Wood” no se queda corto aunque en ocasiones es cierto que reincide innecesariamente en recorrer las mismas dimensiones una y otra vez, como si se moviera en una habitación estrecha pero de techo alto.

Anterior disco del día: «Doutor Apertas. Tributo a Magín Blanco».

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