«Desde Atlanta, ha aparecido en 2012 uno de los mejores discos de 1978; devotos de esta época, en pie, que no van a parar de bailar»
Gentleman Jesse
«Leaving Atlanta»
DOUCHEMASTER RECORDS
Texto: CÉSAR PRIETO.
Dicen los devotos de ese sonido que nació a finales de los setenta, conjunción exacta de nueva ola, guitarras claras y definidas y melodías con esplendor, algo de bubblegum y mucho de tradición, que este año ha ganado la liga Gentleman Jesse. Un sonido que no es nuevo, pero que tampoco es viejo; que ha tenido desde entonces muy dignos representantes y muy dignas canciones pero que ha llegado escasamente al público mayoritario. Ya se conocía, eso sí, la trayectoria de Jesse Smith desde su paso por los Carbonas hasta el primer disco en solitario que dejó boquiabiertos a los que aún gozan con guitarras templadas y melodías adictivas. Apenas hay nada más, pero apenas hay descanso desde el primer tema.
Así es, ‘Eat me alive’ es deslumbrante: guitarras a lo Nerves, a lo Nick Lowe, a lo Costello y armonías en las que cada fraseo es una flecha. Ahí está la chulería de los Jam, el chicleteo de los Rubinoos e incluso el Springteen de esa época. Escuchen con atención y díganme si la canción no pudiera haber aparecido en “The river”. Y el disco continúa con ‘I’m only lonely’, una tormenta en la que se añaden a los anteriores The Ramones o The Barracudas. En la tercera, ‘Take it easy on me’, la intensidad no baja, y aunque el neófito pueda percibir que el sonido parece mimético o cortado por el mismo patrón, el oído atento percibe los matices, en este caso la retención y el leve toque acústico del estribillo.
Además, qué caray, pronto toma la banda otras direcciones, se acopla a otros universos. ‘You give me shivers’ y ‘Rooting for the underdog’ no están lejos en su instrumentación del «early rock and roll» y ‘Careful what you wish for’ es puro divertimento Beatle de la época del «Rubber soul», pero es tan perfecta que casi da miedo. Por lo demás discurre todo en parámetros urgentes y mágneticos y cada canción da de sí más del cien por cien, ahí están ‘Word gets around’ o ‘Covered up my tracks’, que se acerca hasta aspirarla a la dulzura de los Raspberries. En todo caso, y desde Atlanta, ha aparecido en 2012 uno de los mejores discos de 1978; devotos de esta época, en pie, que no van a parar de bailar.
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