«Servirá para que muchos ajenos descubran que en otras estanterías en las que nunca buscan se ocultan pequeñas delicias que libar con el deleite de los descubrimientos inesperados»
Gazpacho
“March of ghosts”
KSCOPE
Texto: DARÍO VICO.
Los noruegos Gazpacho llevan ya diez años grabando discos y a lo largo de esta década han ido implementando a sus influencias iniciales, que les acaban por situar en la órbita del folk progresivo contemporáneo, muchas otras que han ido quizás atemperando su carácter, pero también germinando en ideas propias con, eso sí, muchos argumentos ajenos; resulta agradable comprobar que no se esconden y que lejos de escarbar en recoletos parajes nunca han ocultado su admiración por grandes multivendedores como U2, cultos bien asentados como los de Marillion y ahora incluso por bandas de éxito posterior a su generación, como My Chemical Romance.
Un grupo que escucha radiofórmulas, y no sólo de oldies, y saca sus propias conclusiones. ¡Inaudito! Y más cuando facturan un rock denso y trabajado, pero muy abierto al público masivo, aunque su recepción haya sido a lo largo de todos estos años menor. En las emisoras para la inmensa mayoría no solo suenan productos prefabricados, y mezclar esa escucha soterrada pero obvia para cualquier mortal con la experiencia de un músico con gustos propios y posiblemente más especializados, hace que con diez años de actividad este “March of ghosts” acabe por ser un disco bien que no revolucionario, pero sí más sincero y rico que los de muchas otras bandas similares que «podan» su sonido para evitar todo lo reconocible para el gran público, aunque ellos también lo hayan asimilado por el mismo proceso.
Gazpacho habían incidido en otras ocasiones en el carácter conceptual de sus obras, pero aquí han preferido detenerse en lo temático; todas las canciones están centradas en historias de ultratumba, con ciertos ecos de la escuela romántica del XIX en su concepción –más Cadalso y Becquer, o sus equivalentes noruegos, supongo, que Neil Gaiman– pero cada una «vive» independientemente de las otras, aunque en el mismo multiverso fantasmal. Historias melancólicas ambientadas musicalmente con una intención atmosférica y una reforzada pulsión folkie, más tirando a celta pero con algunos sorprendentes toques flamencos en muy determinadas ocasiones (por ahí les ha salido la ingesta de la sopa fría que les da nombre, digo yo).
“March of ghosts” es un disco que quizás les quede corto a sus acólitos pero que tal vez sirva para interesar a quienes los conocen desde extramuros de su nicho sonoro. Un álbum interesante, bien pertrechado musicalmente, abierto, franco y quizás algo inocuo pese a toda su carga sentimental, pero en cualquier caso interesante. Gazpacho han dado con la tecla quizás demasiado tarde para ser masivos, pero en otro tiempo, en otro lugar y con este álbum, se lo habrían merecido. No merece pasar inadvertido en cualquier caso y servirá para que muchos ajenos descubran que en otras estanterías en las que nunca buscan se ocultan pequeñas delicias que libar con el deleite de los descubrimientos inesperados.
–