El disco del día: Fito Páez

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«Este hombre, aparte de genio, es una estrella que cantando en castellano solo podía haber salido de Argentina, donde dan manga ancha a sus creadores, al menos bastante más que en España. ¿Será por eso que Fito nunca ha acabado de romper en aquí?»

Fito Páez
“El amor después del amor 20 años”
SONY

 

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

 

Siempre está bien que un artista reivindique su obra, especialmente si se trata de una obra mayúscula del rock en español. “El amor después del amor” se considera el gran disco de Fito Paéz o, al menos, una de sus cumbres creativas. Y desde luego que se trata de un trabajo importante, no solo en la carrera de Fito, sino a escala global, para el rock de autor en general. Hace ya veinte años de su edición, lo que unido a lo comentado justifica la celebración del cumpleaños aunque este tipo de eventos no debería nublar la vista de nadie.

En esta ocasión no se trata de una vieja gloria reviviendo sus días dorados, de hecho, los últimos discos de Páez han sido fantásticos –“Rodolfo” y “Confiá” fueron sensacionales obras de madurez relativamente recientes–, siendo quizá por ello que el músico puede permitirse el lujo de conmemorar “El amor después del amor” sin ruborizarse ni tener que pedir perdón, con un despliegue de medios fastuoso, como su talento merece. La épica romántica del álbum original es capturada con intensidad y fidelidad en este “El amor después del amor 20 años”, las canciones no se adaptan radicalmente a ningún nuevo contexto, se respeta su forma original pero el ambiente del directo las remoza. También las ganas con las que Páez y su banda las acometen. Porque este hombre, aparte de genio, es una estrella que cantando en castellano solo podía haber salido de Argentina, donde dan manga ancha a sus creadores, al menos bastante más que en España. ¿Será por eso que Fito nunca ha acabado de romper en aquí?, ¿será que el español medio solo entiende la figura de estrella si viene también rodeada de barras rojas y blancas? Esa subyugación a lo anglosajón es también lo que impide que en este país hayan florecido más estrellas musicales. ¡Debemos tener unas cinco! Pero la excentricidad necesaria para ser un creador de ese tipo, un genio loco, no está bien vista. Afortunadamente, en otros lugares sí. Y hablan nuestro idioma. ¡Gracias!

En cualquier caso, hablamos de música auténtica, explosiva, desbordante. La esencia de Fito, realmente, quien nada más comenzar el concierto ya emociona, desde el primer momento. Comienza a sonar el tema que daba título y la corista Adriana Nea Ferrer se encarga de ese estribillo vocal de notas altas mientras Fito se pasea por el escenario, desplegando su carisma, familiarizándose con él. De pronto, como un boxeador desde el lateral del cuadrilátero, se lanza y comienza a entonarlo con una fuerza vocal impresionante. A partir de ahí, todo va rodado, repasándose el álbum en su integridad. ¿Tiene sentido que se cuente vía magia tecnológica con la voz del fallecido Luis Alberto Spinetta para ‘Pétalo de sal’? En principio no, pero se hace con tanto gusto y respeto que se entiende se incluyera como parte del espectáculo. Más sobrio habría sido una sencilla dedicatoria, está claro, pero el cariño con el que se hace está fuera de toda duda y, hay que insistir, queda como un bonito homenaje.

La producción –tanto del CD como del DVD, se venden unidos– es lujosa, aglutina matices sonoros y visuales sin perder el feeling del escenario, incluyéndose los divertidos comentarios de Fito. Pero centrándonos en la música, es sorprendente cómo han aguantado el paso del tiempo los arreglos del disco original. 1992 era una año de salida y entrada, el pop –y parte del rock– vislumbraban salidas a la artificial década de los ochenta pero aún quedaban dejes de esas frívolas producciones, dejes que Páez supo esquivar en su día durante la grabación del disco original y que hoy día le permiten ser ejecutado tal cuál sin que nada suene fuera de época. Podría haberse incluido el resto del show, ese puñado de canciones con el que continuaba Fito tras haber repasado “El amor después del amor”, pero habría roto el concepto del disco y lo que incluye no es poco.

Anterior disco del día. Santy Pérez.

 

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