«Temas repletos, como es habitual, de bajos saltarines y guitarras juguetonas. Muy buen material el que aquí yace, y su mejor disco en décadas»
Donald Fagen
«Sunken condos»
REPRISE/WARNER
Texto: JONBIL.
Hace algunos años vi el cartel del primer disco solista de Fagen en la entrada de un bar. Me pareció una declaración de principios lo bastante potente e incitadora como para entrar a tomar algo. Desde entonces se ha convertido en uno de mis lugares favoritos para ir a escuchar buena música, y todo por aquella imagen de locutor de radio de Donald Fagen. Su carrera solista es digna de estudio, tanto por sus atrayentes melodías como por la temática de sus letras, que le han llevado a crear (más o menos subconscientemente) una trilogía de álbumes unidos por un concepto usual: el paso del tiempo. Mientras el necesario «The nighfly» (1982) nos hablaba de la juventud, «Kamakiriad» (1993) nos ponía en el contexto de un hombre que atraviesa la madurez y el más reciente (2006) «Morph the cat» narraba sobre la muerte y lo que es encontrarse en el comienzo de la vejez. No cabe duda que la inspiración musical del cincuenta por ciento de Steely Dan es lenta cuando se trata de editar un álbum, más aún teniendo en cuenta lo perfeccionista que es con el resultado final (en el último disco de la etapa clásica de Steely Dan, «Gaucho», utilizaron a más de cuarenta músicos para la grabación). No soy de los que creen que Fagen no ha facturado una buena obra desde el magistral «The nightfly», porque si bien es cierto que los dos siguientes álbumes no superaron al primero, sí que eran retratos nocturnos, elegantes y bastante inspirados en base a su educación musical. Este último, de preciosa y misteriosa portada submarina, roza por momentos el nivel de su debut como solista. Aquí las mejores canciones van seguidas: ‘I’m not the same without you’, ‘Memorabilia’ (con referencias a los tests nucleares en el pacífico sur durante los años cincuenta) y la reflexiva y bluesera ‘Weather in my head’.
El conjunto en general transpira jazz rock, funk y R& B, justo lo que nos encanta tanto de su banda como de su carrera en solitario. Destacan las aportaciones guitarristicas de Kurt Rosenwinkel (un maestro de este instrumento) y el saber hacer de Michael Leonhart, que ha producido y ha tocado teclados, percusión y fliscorno en todos los temas del álbum. ‘Out of the ghetto’ es la única versión (Isaac Hayes) que rescata Fagen, mientras que los otros ocho temas son originales, repletos, como es habitual, de bajos saltarines y guitarras juguetonas. Muy buen material el que aquí yace, y su mejor disco en décadas.
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