«Desempolvar las botas para reventar el bar en la madrugada del fin de semana. Esa parece ser la premisa que se ha marcado la banda de Providence en su último trabajo, sobresaliente y embriagador»
Deer Tick
«Divine providence»
PARTISAN/HOUSTON PARTY
Texto: FERNANDO NAVARRO.
Desempolvar las botas para reventar el bar en la madrugada del fin de semana. Esa parece ser la premisa que se ha marcado la banda de Providence en su último trabajo, el sobresaliente y embriagador “Divine providence”, donde se hallan señas inequívocas del mejor rock norteamericano del último lustro.
Si con su anterior álbum, el notable “The black dirt sessions”, John McCauley, líder del grupo, dijo que se inspiraron en los últimos discos que dejó Johnny Cash para hallar un ambiente determinado, en este nuevo trabajo se busca la musa en el rock’n’roll más efervescente de los setenta, sacando fuego a las guitarras y revolucionando la instrumentación hasta el delirio. El fabuloso nervio se reproduce en temas como ‘Funny world’ o ‘Main Street’, con esa chulería de The Rolling Stones, o ‘Let’s all go to the bar’, con ese frenesí de los Ramones. Forma parte del fogonazo más destacado de este disco, que cuenta también con su lado más relajado. En varias composiciones pausan su música con medios tiempos sugerentes, de los que ya habían dado estupenda cuenta en otros trabajos y en los que se ve la profundidad lírica y reflexiva de McCauley. Buenos ejemplos son ‘Clownin around’ o ‘Make believe’.
Deer Tick se reafirman como una propuesta magnífica, llamada a conquistar mayores audiencias y gozar del mejor de los presagios artísticos.
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