«Es su mejor disco y eso nos obliga a pedirle que olvide esa vagancia placentera y siga adelante»
Daniel Merino
«El placer de no hacer nada»
LA PRODUKTIVA RECORDS
Texto: EDUARDO IZQUIERDO.
Cuando en 2003 Daniel Merino, excomponente de bandas como Little Fish, Rubia o Smile, debutaba en solitario con «Aventuras en la gran ciudad» (Hegar Music), poco podía imaginarse que una década después iba a estar presentando su cuarto disco, «El placer de no hacer nada» (La Produktiva Records). Por en medio quedan «Malos tragos» (La Casa con Ruedas, 2008) y «Otra vida» (Lucinda Records, 2011), y muy lejos los tiempos en que formaba The Gravestones, su primera banda, o que con los Bedroom lograba un accesit en el prestigioso concurso Villa de Bilbao de 1997.
El de Getxo acaba de poner en circulación este nuevo disco que esconde sus diez nuevas canciones tras una portada tremendamente vaquera. Con las influencias de siempre, es decir, el rock estadounidense clásico y melancólico de gente como Jackson Browne, los Eagles o Tom Gillam, Merino muta en songwriter para mezclar esa situación actual que a todos nos afecta con sus letras de amor y desamor. Un ejemplo claro es el tema que abre el álbum, un ‘Diferente de los demás’ con ínfulas de himno. O ‘El día del asalto al tren’, otra muestra más de rock atemporal de raíces destinado a hacerte vibrar con su historia de ladrón traicionado por sus compinches. Y es que Merino no inventa nada. Siendo estrictos, ni siquiera es un letrista inconmensurable, aunque consigue transmitir lo que quiere, cosa nada fácil, y en sus canciones arriesga poco, pero lo que hace lo hace bien. Muy bien, incluso, como muestran ‘En la oscuridad’, ‘Un hombre de provecho’ o ‘Dos delincuentes’.
Que este «El placer de no hacer nada» sea su mejor trabajo es algo que casi se espera de cada artista que saca un nuevo disco, aunque pocos lo consiguen. El getxoarra lo ha hecho y eso nos obliga a pedirle que olvide esa vagancia placentera y siga adelante. Le estaremos esperando en nuevas aventuras.
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