«La cumbia tiene unos orígenes netamente campesinos, es en medios rurales y con instrumentos acústicos como se define, sabe mucho más a tierra que a luces de verbena y por sus letras aparecen marineros y recogidas de frutos»
Varios
«Cumbia Cumbia (1 & 2)»
DISCOS FUENTES
Texto: CÉSAR PRIETO.
Veamos, sellos discográficos que hayan oxigenado la música popular, hayan definido nuevos criterios y hayan abierto perspectivas estéticas. Tenemos unos cuantos: Sun Records, Tamla Motown, Island, Virgin, Stiff, Sarah Records… La lista se podría ampliar, pero resultaría ridícula y pretenciosamente anglosajona si no se incluye a Discos Fuentes. De hecho le gana a cualquiera de las otras por bastantes años de ventaja, fue en 1934 cuando Antonio Fuentes fundó en Cartagena de Indias una emisora de radio que grababa a músicos que iba descubriendo y a artistas de otras latitudes que estaban de paso por el país. Los discos iban a prensarse a Estados Unidos. Fíjense, lo mismo que una independiente de nuestros días.
Sus agentes buscaron durante años entre las más recónditas aldeas músicos con prestancia para grabar, y así forjaron una tela de araña que consiguió el catálogo definitivo de la música colombiana. Y hablar de música colombiana es hablar de vallenato y de cumbia, una cumbia –documentada ya a principios del XIX– que se ha convertido en marca de lo latino desde sus orígenes humildes y rurales. Al acabar los años ochenta decidieron recoger en dos recopilatorios la historia del sello y desplegar canciones que venían desde los cincuenta, son los que ahora se reeditan en forma de doble cedé. El primero aporta las canciones de mayor impacto –colegialas, polleras colorás– y el segundo las más desconocidas.
Cabe constatar varias cosas. La primera es que, pese a la utilización del ritmo en orquestas de baile, la cumbia tiene unos orígenes netamente campesinos, es en medios rurales y con instrumentos acústicos como se define, sabe mucho más a tierra que a luces de verbena y por sus letras aparecen marineros y recogidas de frutos. La segunda, que en sus orígenes es un género instrumental, derivado de ancestros africanos e indígenas; al sonar de llamadoras, gaitas, tamboras o guaches sólo se le añade la copla, de ascendencia hispana, en el momento en que se amplía su público y quiere tener difusión internacional.
Por último, no es un género endogámico, muy al contrario se muestra permeable y elástico y adopta en muchas ocasiones registros de músicas foráneas, especialmente del jazz. De todo ello hay muestras cabales en ambas recopilaciones, y solo bastaría como ejemplo escuchar ‘Cumbia del monte’, la espiral magnética y cinematográfica que es ‘Lupita’, el puente de ‘Llora acordeón’, el final abocadamente negro de ‘Cumbia en Do Menor’ para darse cuenta de que las cadencias van mucho más allá de lo que se esperaría de un simple género de baile. Pueden segur disfrutando con ella en sus verbenas, claro está, también tienen en el disco a la maravillosa Sonora Dinamita de Lucho Argaín, pero no olviden que la cumbia es mucho más que la banda sonora de la fiesta.
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