«Muchos se preguntaran qué queda de la herencia de Los Flechazos en este disco de Cooper. La respuesta es todo y nada. Permanece la actitud. Alejandro es un mod del siglo XXI que sabe procesar las viejas influencias y ponerlas al día sin renunciar a nuevas experiencias sonoras»
Cooper
«Mi universo»
ELEFANT
Texto: ÀLEX ORÓ.
Alejandro Díez Garín es el alma de Cooper y un músico que, una de dos, o es un visionario adelantado a su tiempo o le gusta en exceso nadar a contracorriente. Hace unos años optó por no grabar más álbumes y editar solo singles, una decisión muy criticada en aquel momento. Hoy, cuando el consumo de canciones individuales está en el máximo apogeo gracias a la tecnología digital (es como si hubiéramos regresado a la edad dorada de los singles), Cooper vuelve a grabar un LP completo con material inédito (excepto el tema que da título al disco del cual ya se había editado una versión en directo en un single). Si Alejandro Díez es un visionario que apuesta por discos de larga duración sin canciones de relleno, quizás los aficionados a la música estamos de suerte. Si, por el contrario, Cooper nada contracorriente, también seremos afortunados si nos presenta trabajos como “Mi universo”.
¿Qué ha motivado que Cooper vuelva a grabar discos largos? Según explica Díez Garín, ha sido la oportunidad de llevar a buen puerto un proyecto integral y eso pasaba por tener las canciones adecuadas, un productor competente y la oportunidad de trabajar en lo que se suele llamar “un estudio legendario”. Por ello, el músico leonés se alió con José María Rosillo, uno de los productores con más solera de España, y se desplazó hasta Londres para grabar en los estudios Konk, propiedad de Ray Davies, el líder de The Kinks, y en el que han dado forma a sus obras bandas como Suede, Arctic Monkeys, Stone Roses, Blur o Elvis Costello. El resultado son diez canciones en las que Cooper pule y vuelve más fibroso su afilado y eléctrico sonido habitual. También se aprecia algún cambio en la inconfundible voz de Alejandro Díez, que en algunos momentos suena algo más baja, un pequeño detalle que ayuda a mejorar el resultado final.
Como decíamos, “Mi universo” es un disco sin canciones de relleno. Es un trabajo compacto en que no hay temas que sobresalgan muy por encima de los otros. Cada uno tendrá su favorita, por supuesto, pero cualquiera de ellas hubiera podido ser la cara A de un single. Si nos permiten escoger nos quedamos con ‘Mi universo’, una de las composiciones en las que se aprecia más la evolución a nivel de letras. Unos dirán que son “más maduras” pero creemos que no se trata solo de una evolución vinculada a los cambios en la trayectoria vital de Díez Garín, ni al simple paso de los años, sino a un crecimiento de su acervo tanto musical como musical que le ha convertido en una esponja capaz de absorber y digerir todo tipo de influencias. Nos gusta también ‘Primer día’, una canción dedicada a los temores que puede tener su hija, una niña de corta edad. Podría haber sido una composición bobalicona y edulcorada pero el resultado es un tema vital y enérgico, una de las mejores canciones de Cooper. ‘Saltos de esquí’ es un corte sin estribillo, un canto a la omnipotencia personal, a la seguridad en uno mismo, mientras que ‘Arizona’ y ‘La señal’ sacan lustre a algunas de las influencias más añejas de Díez Garín como The Byrds, The Kinks o Los Salvajes. En cambio en ‘Carrousel’, que cierra el disco, hay un giro estilístico que nos acerca a los Stone Roses y que tiene los versos más pesimistas del LP.
Muchos se preguntaran qué queda de la herencia de Los Flechazos en este disco de Cooper. La respuesta es todo y nada. Permanece la actitud. Alejandro es un mod del siglo XXI que sabe procesar las viejas influencias y ponerlas al día sin renunciar a nuevas experiencias sonoras. Como dijo el poeta catalán J.V Foix, “m’exalta el nou i m’enamora el vell” (me exalta lo nuevo y me enamora lo viejo), una forma de trabajar que, sin duda, ha beneficiado el resultado final de “Mi universo”.
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