“The vigil’ es pura dinamita. Lo que esperábamos y necesitábamos de Chick Corea»
Chick Corea
«The vigil»
CONCORDJAZZ/UNIVERSAL
Texto: GERNOT DUDDA.
Chick Corea acaba de montar nueva banda. Y amigos, si han vivido algo como Return To Forever y Elektric Band, ya saben lo que eso significa. Cosa Grande Siempre. Un Nuevo Comienzo. Con el saxofonista, clarinetista y flautista Tim Garland, el guitarrista Charles Altura, el bajista Hadrien Feraud, el batería Marcus Gilmore y el percusionista Pernell Saturnino, ahora son The Vigil, nombre de tremenda coartada artística y espiritual con el que sigue aupado en la cresta del jazz eléctrico, el género más genuina e innatamente suyo (a pesar de haberle dado en su vida a muchas cosas y todas encima bien).
A Chick Corea le gusta esa responsabilidad de saberse con una misión adjudicada mediante contrato universal por el que la Humanidad siempre ha tenido a alguien dedicado a la función del “entretenimiento”. Por supuesto que él mismo eleva esto a categorías más místicas y cósmicas (ya le conocen), pero lejos de tener que perdonarlo no podemos sino animarle si a cambio gozamos de ese ‘Portals to forever’, con esos 16 minutos largos de indescriptible narración que no pueden sino calificarse de viaje intergaláctico en toda regla. O ese arranque de puro prog-jazz que es la delirante ‘Galaxy 32 Star 4’.
Como punto de partida nos vale ¡vaya que sí! el breve tiempo que Corea pasó en 1968 en la banda de Miles Davis, con el que contribuyó a esa Biblia en dos entregas llamadas “In a silent way” y “Bitches brew”. Desde entonces nos hemos hecho adictos a su piano eléctrico y a sus sintetizadores (¡ese Moog!), que abrían paso a una nueva forma de entender ya no solo el jazz sino la música en general, con aperturas por la banda hacia la música brasileña y el flamenco-jazz. De lo primero cuenta aquí con la voz de su propia mujer, Gayle Moran Corea, en la pieza ‘Outside of space’, que viene a recordar a la gran Flora Purim de cuando ella hacía esto mismo en la primera formación del Return To Forever. De lo segundo tenemos que el autor de ‘Spain’ se presenta aquí con otra pieza modélica, de semejantes y soleados ribetes hispánicos, como en la deslumbrante ‘Planet Chia’.
Y, cómo no, los homenajes a los grandes. A John Coltrane en ‘Pledge for peace’, con las presencias de su hijo Ravi Coltrane en el saxo tenor y la de su eterno amigo Stanley Clarke, con el que compartió aquellas primeras escuchas de “Crescent” y “A love supreme”. Mientras que ‘Royalty’, con sus dos partes claramente diferenciadas, es un homenaje al batería Roy Haynes, viejo mentor y amigo del pianista durante su estancia en 1967 en el cuarteto de Stan Getz.
“The vigil” es pura dinamita (y ya no solo por un cierre tan espectacular como ‘Legacy’). Como a él mismo le gusta decir, “la confluencia entre Arte y Espíritu es siempre ajena al vector tiempo-espacio”. Lo que esperábamos y necesitábamos de Chick Corea tras recientes discos colectivos con Hiromi, John McLaughlin, Stanley Clarke y Lenny White. Eso es: Un Nuevo Comienzo.
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Anterior disco del día: “Chittychitty big fan! Homenaje a Meteoro”.